martes, 16 de abril de 2013

Pizarras: desplazamiento del docente


¿Cómo concebir la pedagogía, el proyecto de formación de una sociedad, cuando la escuela ha sido arrasada? Pizarras (Blackboards), la película de la directora iraní Samira Makhmalbaf -1980- (2000) ofrece una dura metáfora, me atrevo a pensar que es válido hablar de una verdadera alegoría, de una sociedad en conflicto en donde a las víctimas se suma la escuela y todo su proyecto. 


Hay ante todo una geografía y una historia: la dureza de un territorio que debe ser atravesado; un conflicto bélico. No necesariamente hablamos de la destrucción física de la escuela, sino de la destitución del maestro. En Pizarras un grupo de profesores con sus pizarras al hombro buscan a quién enseñar: pero los niños están ocupados, como todos los demás sobreviviendo. En este escenario el maestro es un extraño que aparece en medio del camino.


Hablo de Pizarras como alegoría porque en esta obra se representa la tarea del pedagogo como un andar, un peregrinaje, andar un camino cada vez más pedregoso. En Pizarras se muestra que es posible que el deseo de aprender haya sido dejado de lado, hay situaciones en las cuales la escuela es borrada, con todo su marco institucional. ¿Para qué aprender a leer, escribir, sumar o restar en medio de las balas? Existe una expresión clásica: “ultima ratio”, que venía acuñada en las balas y antiguamente en las lanzas y balas de cañón. 



Frente a esta “ultima ratio” desaparecen todas las demás razones. Pizarras, cuyo argumento nos lleva a los años terribles del conflicto fronterizo entre Irán e Irak, dos décadas atrás, nos devuelve por el contrario a la realidad de nuestra escuela; pues, ¿qué pasa con la escuela en los territorios donde se comete las masacres, en donde lo normal es el desplazamiento, en donde los niños deben traficar para sobrevivir porque sus padres han sido asesinados?  
En Pizarras nos puede llamar la atención que a la llegada del maestro (ese extraño) se cierran las puertas y las ventanas. Sin embargo, es el maestro el llamado a convocar. Por un lado, encontramos, entonces, la vocación del maestro, su consigna y su amor a las letras, a las palabras, y su afán de compartir un mundo de cosas maravillosas; por otro lado, estaría su capacidad para convocar, para rodearse de alguien que escuche  sus palabras. El asunto que presenta  Makhmalbaf como tema central de su película.
Me he referido a alegoría del pedagogo destituido en los momentos de conflicto con esta película en razón de lo que las imágenes son capaces de comunicar: las pizarras a cuestas de caminos pedregosos, las pizarras usadas como escudos para protegerse de las balas, como camillas, como colgadero de ropa o usadas para entablillar a los fracturados; las pizarras como única dote del maestro, las pizarras mimetizadas con barro; en suma, la pizarra como un elemento emblemático atravesado a mitad del camino. La pizarra como investidura, como herramienta, como presupuesto de un tipo de metodología y como orientadora de qué enseñar: la escritura, el alfabeto, algunos signos matemáticos, por ejemplo.


Más aún en medio del conflicto y el desplazamiento persiste el deseo de enseñar, de convencer a los otros, de hallar a los niños también endurecidos por la vida, en este marco el destino del docente es similar al de todos los hombres, andar a su lado, hacer el camino con ellos. No sólo existe el saber de la pizarra, el saber del maestro sino también en saber de los niños: el contador de historias que puede prescindir de los libros.
Al intento del maestro de enseñar las palabras escritas, se opone el saber oral de los niños “no quiero saber nada de tus historias”, que grita el maestro; en segundo lugar la alegría del maestro quien luego de hacer un largo viaje, quizá anticipado por su nombre Reeboir, que significa  viajero, exclama “por fin niños” contrasta con la aspereza de los niños que llevan las cargas, el peso simbólico de la cruda realidad. Al final solo la niebla, el vacío: la pregunta: ¿ha guiado el maestro al pueblo o simplemente ha caminado como uno más a su lado?