Hay autores que escriben muchas obras, pero al final es posible notar cómo, ya miradas en perspectiva, aparece una idea básica, una serie de signos y temas recurrentes, que dan al conjunto la imagen de una obra única pasada a través de varios desarrollos argumentales. Tal es el caso de la obra de Kafka.
La idea del hombre que se acerca hasta el Palacio del Emperador a preguntar por la Ley, y que al querer entrar al recinto amurallado ve su camino impedido por un guardián que le advierte que tras él hay muchos otros guardianes. Cada guardián es a su modo cada vez más terrible, al punto de que el tercer guardián podría derrotar al hombre con solo una mirada.
Esta sencilla trama de un hombre, un campesino, que pretende ir más allá, saber quién está detrás de las terribles puertas, da vueltas una y otra en obras como Ante la ley, El proceso, El castillo, La condena, sin importar que se trate de un humide funcionario, de un empleado, de un comerciante, de un estudiante. Se trata de un hombre que depone lentamente sus aspiraciones, que languidece acurrucado junto a la primera puerta. Si en un principio creía que la ley era para todos, ahora, al final de su vida, reconoce que sus pobres medios nunca podrán desentrañar el enigma de quién administra o gobierna un sistema que resulta impredescible.
En todas se revela la ironía trágica de la existencia humana sometida a un poder omnímodo e incuestionable que escasamente da la cara. En todas estas obras la ironía deriva en un humor negro que lleva a los personajes a convivir con el absurdo, a aceptar el absurdo no solo de sus vidas sino a desarrollarse en medio de tramas inconexas y sin sentido.
K en realidad no solo adolece de nombre; carece de origen, de destino y de una explicación; él mismo actúa en una línea de causalidades azarosas y termina comprometido en una farsa permanente, o quizá en una suerte de escenario onírico.
Se necesita una propuesta como la de Michael Haneke para dar cuenta de este tipo de universos laberínticos. En El castillo (1997), Michael Haneke, orquesta una comparsa lúdica alrededor del anonadado agrimensor (interpretado austeramente por Ulrich Mühe, el actor de La vida de los otros). Desde el castillo llegan emisarios y mensajes pero nunca sabemos a ciencia cierta si se habla con los hombres correctos, como nunca sabremos el final de la historia que escribía Kafka.
Mas si existe un personaje central en la obra tanto de Kafka como de Haneke es el tiempo y su circularidad. Haneke se regodea visualmente tratando de captar atmosféricamente (la nieve, el viento, la niebla, el paso cansado de los personajes) lo que en el libro son los esfuerzos vanos y la espera baldía del agrimensor. Lo que capta Haneke es la monotonía de unos personajes que repiten causas perdidas y se pierden sin más en peripecias vanas y dramas sentimentales incongruentes. Pero, a cambio, nos ofrece un ejercicio dramático que sin traicionar a Kafka se acerca a lo mejor de Brecht y de Beckett, sin duda.
El Castillo es llevada a la pantalla grande por Michael Haneke, esta adaptación logra captar en esencia la atmósfera enrarecida característica de las obras de Kafka, como el contexto sin mucho color, personajes con una apariencia de derrota, cansados, desilucionados; aquí nos encontramos con una trama casi surrealista que gira en torno a este particular personaje cuyo nombre es de aun mas enigmático "K". este personaje que se convierte en un títere tratando una y otra vez de hablar con el Emperador para solucionar su situación en la aldea, que por diferentes casualidades ve su empresa (causa) fracasar cada vez que lo intenta, y curiosamente entre mas se esfuerza mas se distancia de su objetivo,; lo que me recuerda de alguna forma la película The Truman Show, este reallity en el que el protagonista es prisionero de su contexto, y este se articula de forma "casual" para impedir que Truman salga del pueblo. Esta obra un poco densa o confusa en especial por el final que no es muy claro y que va en contravia a los finales felices de los que estamos acostumbrados; muchos otros la encontraran atractiva, aquellos que gustan de los factores surrealista o si se quiere de un "Laberinto Onírico" del cual es prisionero K. La invitacion esta sobre la mesa, ver la obra, es una alternativa interesante para aquellos que estamos cansados de lo mismo.
ResponderEliminarkafka llevado a la pantalla es todo un arte y más por los toques de surrealismo que se logran vislumbrar a lo largo de la película, que ayudan a que la figura de los personajes asuma un toque tosavia más enigmatico que el asignado en el guión, durante toda la película permanece la inquietud de si los personajes se encuentran en una construcción solamente del inconciente, y el reflejo de dichos deseos o pulsiones o si más bien, lo inconcluso hace parte realmente el destino de los actores y actuan con total conciencia, contrastar a Kafka con la lírica de Baudelaire hacen pensar que el mensaje de la película pretende una postura mucho más crítica que la de un lector de imágenes superfluo, el alcance de esta película permite ligar una vez más el cines y la literatura de forma esplendida
ResponderEliminarcuantos de nosotros hemos sido parte de los "hombres K" del mundo???... los desconocidos, los incógnitos etc... que permanecemos en una búsqueda permanente y a veces angustiosa de nuestro destino....y muchas veces desconocedores de nuestros orígenes.... que anhelamos llegar a ese castillo y luchamos por superar los obstáculos que aparecen en el camino...
ResponderEliminarqgracias a la propuesta de Haneke podemos percibir esos escenarios del imaginario de kafka: desde la nieve... la espesura del aire lo frió del ambiente, hasta las narices rojas por el frió y el sudor en las frentes y disfrutar de una maravillosa perspectiva de esa magnifica obra !!!!!!!!
MARVI ANDREA TELLEZ
La condición humana en la obra kafkiana se representa por la relación con su sociedad, con su historia, con su pasado y presente, el cual, está plasmado por el horizonte negro, por la desesperanza que tanto Rimbaud, Baudelaire, Verlaine y hasta Dostoievski describe en la relación del hombre consigo mismo. Pero en el filme, Michael Haneke desarrolla una propuesta densa desde donde el horizonte se torna gris, apagado, sin sentido, aunque la historia sea clara las relaciones sociales se complicaban en el momento de obtener de cada uno el sentido de la vida – en el caso preciso de la película la espera a un llamado que no llega- el Castillo hace de una obra artística un llamado a una sociedad que ha perdido el horizonte una sociedad en matices opacos (como la película).
ResponderEliminarNicolás Alfaro Guerrero
En el castillo nos encontramos con una vicion sobre esa perdida de identidad y de fines a la que nos arrojo la idea de progreso, y el cambio que se dio en el siglo xx donde quedamos frente a una vida sin fines y carente de los grandes ideales. Mas bien vemos personajes que hacen lo que pueden en un mundo en el que no importa el individuo, donde este a perdido su individualidad algo muy similar a las pinturas de magritte donde vemos muchos individuos completamente iguales sin rasgos que los diferencie de los demás por otro lado esta la imagen de la ley, representada en el castillo, algo que parece estar en todas partes sin un lugar fijo, idea que inspiro a Deleuze para configurar su idea de rizoma (en su texto del mismo nombre) algo que tiene muchos centros y se constituye desde lugares distintos. El castillo tiene poder sobre los individuos pero este poder no proviene de afuera, sino que emana desde cada individuo, pero a su vez, el mismo individuo no tiene un poder sobre el, esto esc algo que nos recuerda las instituciones contemporáneas que dictaminan y crean nuestros modos de vida. Por estas razones la obra del castillo cobra una gran vigencia en nuestro presente.
ResponderEliminarAl ver El Castillo de Michael Haneke, la búsqueda de K se convierte sin notarlo, en la búsqueda del espectador. Así, en tanto que K trata desesperadamente de llegar al castillo, solo tiene una idea de lo que podría ser el castillo, pero en tanto que idea, se ha convertido en una obsesión, en un objetivo que alcanzar. De esta misma manera el espectador sigue la historia y al mismo tiempo está ansioso por conocer su desenlace, de conocer los motivos reales por los que K ha sido llamado a este lugar, y si realmente existen estos motivos; de tratar de armar un rompecabezas con el que se logra descifrar el misterio de El Castillo, de encontrar el personaje clave que guie a K hacia lo que busca y a quien ve la película hacia una respuesta.
ResponderEliminarSe muestra un ambiente frio, en el que pareciera ser que las personas saben todo pero no saben nada. No hay respuestas, los hechos, los personajes, sin sentido tal vez y sin conexión alguna. Sin comunicación, más allá de lo que dicen los diálogos.
Uno puede percibir el desespero del ser humano por conocer aquello que esta más allá de sus posibilidades, de lo tangible, la manera como una idea se puede apoderar de la voluntad y la razón de los hombres. El hombre siempre está en la búsqueda de respuestas, nada es suficiente, la obsesión con lo que no conocemos, o lo que es peor con lo que muy probablemente no podemos dominar. Haneke juega al prestidigitador, usa el sombrero de mago y deja a la libre elección lo que el espectador quiera sentir.
Ansiedad, frustración, angustia, quizás estas palabras y sus sinónimos puedan describir el carrusel (no de contratación) sino de sentimientos por los que se desplazará nuestro personaje, el querido agrimensor que no tiene qué medir.
ResponderEliminarEsta obra inconclusa, llevada al cine tan exquisitamente por Haneke y que mantiene al espectador en una incertidumbre constante, no es más que el reflejo de la frustración de un hombre que vaga sin sentido, que golpea puertas sin hallar respuesta, que envía mensajes de los que no tiene la certeza de que fueron entregados…quizás vale la pena preguntarse, ¿existiría un castillo en verdad? ¿Sería un imaginario colectivo que a punta de palabras, repeticiones e ingenuidad se ha forjado en la mente de las personas hasta creerlo verdadero? o quizás el castillo no se refiere a ninguna edificación tangible, sino que representa lo inalcanzable para el hombre, entiéndase trabajo, amor, estabilidad económica, éxito… a lo mejor todos estamos en busca de un castillo que así, como la obra de Kafka, no es posible concluir ahora.
El Castillo, es una obra doblemente maestra; por un lado viniendo de la novela y dos la gran adaptación que logra Haneke, imprimiendo los mismos sentimientos de desesperanza, incertidumbre e ironía que caracterizan a Kafka en cada escrito.
ResponderEliminarAsí K será guiado por una voz de poder invisible que lo llevara a un callejón sin salida, a un mañana de nueva espera, este detalle se percibe con este "casi final" que nos deja perdidos en una historia casi onírica como si estuvieras sumergidos dos horas en el sueño de este hombre, K. El hilo conductor es irrelevante y los personajes parecen parafernalias de la realidad, por ello uno cae a un mundo sin sentido y cree pensar que hemos dejado de la lado algo tan importante que nos guía en el film.
Otro detalle que recuerda el carácter literario del film es el narrador espectador que nos narra los verdaderos sentimientos de nuestros personajes.
Leidy Johanna Hernández Álvarez
El castillo representa la irracionalidad de la razón , es decir que al no ser un objeto tangible, creado en tiempo y espacio por el mismo sujeto, escapa al entendimiento del mismo, pero a su vez es el motor del pensamiento. esto queda claro con la actitud de K. quien a toda costa pretende encontrar y entender lo que es el castillo, sin que esto implique claro esta que haga parte de la "realidad". se sumerge el personaje en un circulo de hechos que no concuerdan con los actores ni con el contexto. el tiempo incluso parece que no existiera y el espacio es el mismo. el trascurso de la película es como estar en un sueño, que al despertar quedo inconcluso. o estar leyendo el mismo libro que tubo que ser cerrado, cortando la historia en este punto por que el teléfono no dejaba de sonar.
ResponderEliminarYuly Andrea Martinez
El castillo es el reflejo , la sospecha de algo que no existe pero insiste podria ser dios , el estado o el amor
ResponderEliminarla pelicula muestra mediante los dialogos y las fotografias eso ;algo a lo que todo el mundo teme pero nadie ve,
ademas de mostrar una profunda irracionalidad ,
una serie de circunstancias sin sentido ,un llamado a un hombre sin necesidad
una persecucion y la inculcacion de miedo y de un deseo que lleva a k a ir siempre mas alla
un alla que no existe.
Concidero que se hace un excelente trabajo el cineasta Haneke. logra transmitir muchas de las sensaciones que deja la lectura de las obras de Kafka, lo cual muestra un deseo de mostrar una situación de malestar entorno a las cuestiones burocráticas, pero creo que la lectura de las palabras propias de Kafka transmiten mejor ese malestar. escenas en "el proceso" dan cabida a una exparimentación mas profunda de los sintomas que trae el enrentamiento ante los ordenes de la burocracia. por otro lado, creo que existe una metaforización muy diciente ante lo que simboliza elcastillo. pues creo que las torres son hechas de papel y los guardias son el mismo ente de la confusión y el caos pensable en estos ordenas. Aplaudo el humor de Kaka que sorprende al atento y busca una risa pensada, no tan simple sino contextulizada y desarrollada de maneras extrañas. yesid correal 20062160011.
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ResponderEliminarel castillo nos muestra, la intangibilidad unas instituciones a la que solemos obedecer pero que poco podríamos decir sobre ellas; es el relato de una vida que se rige bajo ciertos paradigmas que un día de pronto se quieren descubrir, se quieren conocer, el interés que despierta el ente supremo, la cara que lo encarna y que en esta película se muestra que es inalcanzable, impenetrable pero omnipresente.
ResponderEliminares la vida enmarcada en un motón de instancias que ejercen sobre mi tal importancia que debo a ellos un cierta obediencia sobre no solo mi vida sino la de una sociedad entera que se siente vigilada por algo superior... es plasmar el sentimiento de incertidumbre frente a algo que me vigila pero que no me escucha, donde el pueblo no es mas que una servil oveja que obedece a un pastor que quien sabe a donde la conducirá...
es la descripción del poder como tal intangible pero que totalmente dirige y moldea nuestras vidas.... ello acompañado de la decepción que se presenta tras no poder saber quien o que es el poder...
VIVIANA MARCELA ALBARRACIN BUSTOS
El castillo me deja como muchos de los libros de Kafka.. inconclusa. Ademas enseña situaciones irreales que parecen ser reales para su protagonista. Un enamoramiento repentino, un final del enamoramiento más repentino aún. Pero su gran rareza es el porque "K" no toma la decisión de irse, sera que el también ve todo completamente normal. Haneke logra recrear de manera casi exacta el libro, usando incluso lineas literalmente del libro. Para terminar una película llena de todo pero a la vez con una conclusión en nada, en nada si no la hayamos.
ResponderEliminarAngie k. Garzón Camacho Cod.20102160066
“Ya era de noche cuando K llegó”
ResponderEliminarFragmento de la Película El Castillo
Era de noche, hacía frío, un castillo misterioso rodeaba con su aura el lugar, los no vistos, y lugares no permitidos, aumentaban la incertidumbre y soledad percibidos por K. Las inmensas tormentas de nieve, la lluvia constante, hacían del ambiente un entorno caótico, percibido como una niebla espesa que no permite vislumbrar un “más allá”.
Claro, allá estaba K, o M o Z o Y, o quizás cualquier sujeto que en tiempo de masas no puede ser percibido tan fácilmente, el incógnito, o el común?. Kafka expresaba esto en sus obras, la incertidumbre de un futuro, la negación de un presente, o los enredos de la realidad, finalmente los “juegos del destino”.
El Castillo, ese castillo, aquel castillo, gran travesía, lugar que cumple una característica, entre más se desea acceder allá, más alejado estas del objetivo. Pero esta película aporta otro elemento importante, su final, que hace parte de las rupturas o quizás, no es un final convencional, no es feliz, no es triste, no es doloroso, no es caótico, es un final que obliga hacer una relectura de las imágenes, y por qué no una relectura de los textos de Kafka.
JULY SILVA ZAMORA
BABEL
ResponderEliminarEn Babel percibimos lo que a mi parecer es lo único que nos logra hacer únicos o totalmente diferentes a los demás, nuestra ubicación en el espacio en un determinado tiempo, todos parecemos es el mismo solo que en diferentes espacios y mas allá del espacio en diferentes momentos, fácilmente podemos reconocernos en las expresiones y actos de otros, en una época distinta y espacio, cada personaje se encuentra en circunstancias diferentes, pero con percepciones y sentimientos similares, si solo los escucháramos y no viéramos sus expresiones creeríamos son el mismo, pero allí todos en una constante marcha en espacios y momentos distintos, que crean una distancia con los otros y sus situaciones, que tan difícil es reconocer a alguien nos podríamos preguntar si todos estuvieran en la misma situación, tiempo y espacio?Babel nos muestra como todos nos compartimos sin saberlo, como nos afectamos sin siquiera cerciorarnos de ello.
somos la misma esencia en diferentes espacios, como si solo las situaciones particulares pudieran mostrarnos como distintos al influir en nosotros al escribir sobre nosotros en diferentes coordenadas.
zenaida g