martes, 16 de abril de 2013

Pizarras: desplazamiento del docente


¿Cómo concebir la pedagogía, el proyecto de formación de una sociedad, cuando la escuela ha sido arrasada? Pizarras (Blackboards), la película de la directora iraní Samira Makhmalbaf -1980- (2000) ofrece una dura metáfora, me atrevo a pensar que es válido hablar de una verdadera alegoría, de una sociedad en conflicto en donde a las víctimas se suma la escuela y todo su proyecto. 


Hay ante todo una geografía y una historia: la dureza de un territorio que debe ser atravesado; un conflicto bélico. No necesariamente hablamos de la destrucción física de la escuela, sino de la destitución del maestro. En Pizarras un grupo de profesores con sus pizarras al hombro buscan a quién enseñar: pero los niños están ocupados, como todos los demás sobreviviendo. En este escenario el maestro es un extraño que aparece en medio del camino.


Hablo de Pizarras como alegoría porque en esta obra se representa la tarea del pedagogo como un andar, un peregrinaje, andar un camino cada vez más pedregoso. En Pizarras se muestra que es posible que el deseo de aprender haya sido dejado de lado, hay situaciones en las cuales la escuela es borrada, con todo su marco institucional. ¿Para qué aprender a leer, escribir, sumar o restar en medio de las balas? Existe una expresión clásica: “ultima ratio”, que venía acuñada en las balas y antiguamente en las lanzas y balas de cañón. 



Frente a esta “ultima ratio” desaparecen todas las demás razones. Pizarras, cuyo argumento nos lleva a los años terribles del conflicto fronterizo entre Irán e Irak, dos décadas atrás, nos devuelve por el contrario a la realidad de nuestra escuela; pues, ¿qué pasa con la escuela en los territorios donde se comete las masacres, en donde lo normal es el desplazamiento, en donde los niños deben traficar para sobrevivir porque sus padres han sido asesinados?  
En Pizarras nos puede llamar la atención que a la llegada del maestro (ese extraño) se cierran las puertas y las ventanas. Sin embargo, es el maestro el llamado a convocar. Por un lado, encontramos, entonces, la vocación del maestro, su consigna y su amor a las letras, a las palabras, y su afán de compartir un mundo de cosas maravillosas; por otro lado, estaría su capacidad para convocar, para rodearse de alguien que escuche  sus palabras. El asunto que presenta  Makhmalbaf como tema central de su película.
Me he referido a alegoría del pedagogo destituido en los momentos de conflicto con esta película en razón de lo que las imágenes son capaces de comunicar: las pizarras a cuestas de caminos pedregosos, las pizarras usadas como escudos para protegerse de las balas, como camillas, como colgadero de ropa o usadas para entablillar a los fracturados; las pizarras como única dote del maestro, las pizarras mimetizadas con barro; en suma, la pizarra como un elemento emblemático atravesado a mitad del camino. La pizarra como investidura, como herramienta, como presupuesto de un tipo de metodología y como orientadora de qué enseñar: la escritura, el alfabeto, algunos signos matemáticos, por ejemplo.


Más aún en medio del conflicto y el desplazamiento persiste el deseo de enseñar, de convencer a los otros, de hallar a los niños también endurecidos por la vida, en este marco el destino del docente es similar al de todos los hombres, andar a su lado, hacer el camino con ellos. No sólo existe el saber de la pizarra, el saber del maestro sino también en saber de los niños: el contador de historias que puede prescindir de los libros.
Al intento del maestro de enseñar las palabras escritas, se opone el saber oral de los niños “no quiero saber nada de tus historias”, que grita el maestro; en segundo lugar la alegría del maestro quien luego de hacer un largo viaje, quizá anticipado por su nombre Reeboir, que significa  viajero, exclama “por fin niños” contrasta con la aspereza de los niños que llevan las cargas, el peso simbólico de la cruda realidad. Al final solo la niebla, el vacío: la pregunta: ¿ha guiado el maestro al pueblo o simplemente ha caminado como uno más a su lado? 

30 comentarios:

  1. La película Takhté Siah o Pizarras, de la directora Samira Makhmalbaf nos presenta de manera soprendente el papel del lenguaje en las sociedades ágrafas y en su paso hacia las alfabetizaciones y el desarrollo de las culturas letradas. En su acompañamiento y tratamiento audiovisual, en el que se sigue la vida de dos maestros con tablero sobre los hombros y en un ejercicio pedagógico itinerante, es posible comenzar a comprender no solamente las complejidades de asuntos tales como la enseñanza y el contexto de la guerra, sino también la manera en que la palabra al tomar forma permite la comprensión de distintos niveles de realidad y la configuración de visiones de mundo. De este modo, la aventura del protagonista es en definitiva una mirada los universos de la palabra y los desarrollos que genera, en virtud no solamente de la capacidad de significación inherente a los procesos sígnicos, sino también la posibilidad de desarrollar múltiples facultades y posibilidades de entendimiento y construcción de la realidad. Así, la pizarra no es solo un objeto, sino una herramienta valiosa para representar, expresar y dar sentido al mundo.

    Esto se entiende toda vez que si tomamos como referencia a McLuhan (1996) se hace importante la comprensión de la organicidad y dinamismo de la palabra. Como lo señala con claridad, “lenguaje es para la inteligencia lo que la rueda para los pies y el cuerpo. Le permite pasar de un punto a otro con mayor facilidad y rapidez y con una implicación cada vez menor”. En otras palabras, el lenguaje prolonga, comunica y establece contactos, pero también divide y matiza, en pocas palabras concibe la interiorización de una visión de mundo en la que dos posturas son esenciales, por un lado la de “conservar una rica percepción de la experiencia, inclusiva y en profundidad” y que pertenece a la realidad ágrafa o sin una escritura lineal, y por otro lado la región que como materialización de la racionalidad encarna un modelo donde “La civilización se ha erigido sobre la capacidad de leer y escribir porque la alfabetización supone un tratamiento uniforme de una cultura con el sentido de la vista, extendido en el espacio y el tiempo por el alfabeto”

    En el camino planteado por la película, estos elementos se contemplan claramente al observar su manera de usar las pizarras, de vincularlas con las ideas producto de la experiencia y el conocimiento. Más allá de homogenizar en torno a las prácticas en el tablero, la idea es la de contemplarlas como soporte y escenario para hacer uso de una lengua ligada, como la China, con la que comparte emplear un sistema no fonético y por tanto tener la libertad de ir hacia donde lo demande la significación y la presencia en la voz. Así, cuando en la película se pide aprender desde el tablero, ese aprendizaje, no es otro que el de la recuperación de la tradición implícita en la oralidad, en esa forma viva que requiere de recuperación en tiempos como los actuales y que se haga con la misma valentía del protagonista de la película, caminando hacia lo incierto y a la vez con la conciencia de que la voz o el texto escrito, como lo señala Ong (2009) obedecen a formas de existir como cultura. Por tanto Pizarras nos presenta un escenario de lenguaje, pero también de muestra de las potencialidades en los escenarios de construcción social.
    Jimmyr Rivera

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  2. La película “Pizarra” de Samira Makhmalbaf muestra cómo un grupo de educadores deambula de un lugar a otro con el fin de encontrar niños a los cuales enseñar. A lo largo de su recorrido, se enfrentan con situaciones que les exigen un esfuerzo para colaborar y dar a conocer sus sapiencias con las personas que estén dispuestas a educarse.
    Esta película resulta ser un drama con un sublime mensaje de constancia y/o permanencia, un maestro que luego de un tiempo de camino, se separa de sus acompañantes para buscar a personas deseosas de aprender. Cuando lo hace empiezan a darse unas deprimentes situaciones en las cuales él va haciendo un progresivo cambio con su entorno.
    “Pizarra” posee varios mensajes y valores, como la perseverancia, la necesidad de tener una causa para no decaer y seguir enseñando, la necesidad de luchar por quienes ansían cambiar, el hacer las cosas con amor, el ayudar y aceptar recibir ayuda, y aceptar los cambios. Estos valores, hacen de “Pizarra” ser una película muy meritoria, digno material de apoyo de una cátedra que implique el quehacer del docente.
    Cabe destacar, que es una historia que no termina siendo una más de optimismo fastidioso, ni una de esas tramas trilladas en las cuales un maestro hace que sus estudiantes salgan adelante, ésta película resalta la importancia del quehacer del maestro y su perseverancia para enseñar sin recibir nada más que la recompensa de que la sociedad mejore.

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  3. Es esencial comprender la postura de Samira Makhmalbaf, pues propone una compleja visión de la situación actual no sólo del maestro y su rol social sino de toda la pedagogía, en un contexto fuertemente marcado por la crueldad, la guerra y la miseria. Para ello, hace uso de una de las herramientas fundamentales del educador, aún en pleno siglo XXI, la pizarra; en esa medida es impactante visualizar como dicho objeto es testigo de las múltiples travesías de un docente ignorado, permeado por dinámicas de desolación y de guerra, donde su función alfabetizadora no trasciende a lo inmediato, al único y exclusivo objetivo de caminar por pedregosos e inestables senderos que le permiten sobrevivir.

    En ese sentido, es pertinente cuestionarse sobre el papel de la lengua en este escenario, pues a pesar de la indiferencia de los niños y adultos mayores, Said estaba obstinado en la importancia de la alfabetización como base esencial de la existencia humana puesto que "la civilización se ha erigido sobre la capacidad de leer y escribir porque la alfabetización supone un tratamiento uniforme de una cultura con el sentido de la vista, extendido en el espacio y el tiempo por el alfabeto" ( McLuhan.1996:103)

    Así las cosas, Pizarras, enmarca de igual manera la constante de sumergirse en el mundo del lenguaje desde la escritura de un "te quiero" hasta el relato de narraciones de infancia, pasando por rituales de unión marital que en términos de McLuhan establecen una forma única de ver y sentir el mundo y de actuar en él. Sin embargo es fundamental fortalecer esa concepción del mundo con la alfabetización, pues la lectura y la escritura se convierten en la herramienta más poderosa contra la sumisión y la dominación.

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  4. El contexto de la película nos ubica en una realidad cruda, ciertamente indiferente ante el sentir y las necesidades de aquellos que sufren con rigor las consecuencias de la guerra; allí las necesidades fundamentales de la gente tienen que ver directamente con la satisfacción de cosas elementales como el alimento, el refugio, el afecto, el respaldo de una comunidad. Es precisamente por eso que la contradicción que viven los maestros se da por el hecho de tener que reconfigurar su papel dentro de una sociedad ágrafa que no le encuentra utilidad para su vida a la educación formal.

    El maestro pasa de ser aquel que enseña a los demás a ser aquel que vive, sueña, comparte, siente con los demás y esto es algo que el lenguaje y la palabra hablada le permite experimentar ya que esta se convierte en esa especie de espíritu colectivo que posibilita apropiar y transformar la manera en que los seres humanos se insertan en la realidad. La palabra hablada lleva a los maestros a entender todo el cúmulo y la carga de sentidos y emociones que operan en el inconsciente colectivo y que la escritura tiende a desconocer ya que en ocasiones pareciera ser un acto separado y objetivado en donde se quiebra la posibilidad de la implicación emocional individual y colectiva.

    A pesar de la convicción de los maestros sobre la importancia de la educación, si aquellos con los que se comparte la experiencia educativa no le encuentran algún sentido a esa relación establecida y a ese conocimiento en construcción, estos terminarán convirtiéndose en un obstáculo frente a la realidad de los educandos. La película nos permite abordar y traer a colación el cuestionamiento sobre el sentido y el rumbo que guía la praxis educativa de los maestros dentro de la estructura del sistema educativo actual; puesto que, si hacemos la lectura de la educación institucional en nuestro país es evidente que se ha convertido principalmente en un acto que violenta y coacciona los intereses, las habilidades y el rumbo de los estudiantes al buscar convertirlos en un engranaje más de un modelo económico violento por naturaleza y deshumanizante.

    Es en ese contexto donde los maestros seguirán enfrentando una batalla que requiere entre muchas otras cosas, una práctica educativa que combata esa lógica deshumanizante que reina en nuestros tiempos y que propenda por la consolidación de una educación que aporte a la transformación de nuestra sociedad.

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  5. La película Pizarras suscita en mí varias reflexiones; unas desde de mi labor como docente; otras, desde la importancia de la educación en contextos de violencia y claro, no se escapa de mis cavilaciones el detenerme entre los fines y sentidos de la lectura y la escritura.
    Leer y escribir ¿Para qué?
    Como docentes estamos acostumbrados a enseñar unos saberes que consideramos “necesarios” y “fundamentales”, creemos que son los estudiantes, los encargados de comprometerse y buscar el interés por lo que se les enseña. Encontramos en ellos miles de obstáculos, a la hora de enseñar. Llegamos así a la eterna queja: “los estudiantes no tienen interés por aprender lo que queremos enseñar”, pero ¿Qué les queremos enseñar? ¿Con qué propósitos? Es posible que lo que se quiere enseñar, no sea lo que nuestros estudiantes quieren aprender o que ni siquiera lo consideren necesario. Como se veía claramente en Pizarras. Los niños no entendían el propósito de aprender a leer y escribir.
    Mostrar la lectura como la posibilidad de ver y crear un mundo posible e inclusive como la posibilidad de crear otros mundos posibles. Puede ser de gran resultado para encontrarle sentido a esta actividad básica en el ser humano, aterrizar los contenidos y trabajar desde las necesidades puede ser el inicio para que esto empiece a darse. El aula debe mostrarse además renovada, deben potenciarse los modos de enseñar, así como los instrumentos utilizados.

    La travesía de ser maestro en tiempos difíciles.
    El maestro, que en otros tiempos ocupaba un lugar importante en la opinión pública y que era consultado por su sabiduría y por su actitud frente al conocimiento, enfrentaba y seguirá enfrentando grandes retos. Puesto que su misión no está dada apenas en el aula.
    El maestro ha sido siempre de la comunidad. Se muestra como gestor de cambios y agente que resiste a pesar de las adversidades. Se enfrenta a una crisis que no está dada solamente por la violencia que se vive a diario en nuestro país, como lo muestra la película Pizarras, sino en la pérdida total de identidad de nuestros jóvenes y niños. Por esto, la travesía de ser maestro es ver cada día en nuestras aulas, estudiantes que no le encuentran sentido al lugar que ocupan. La vocación que le ocupa deber acoger sin diferencias a todos y a todas, debe pensar en una escuela capaz de afrontar las situaciones más diversas y complejas. Tal vez nuestra travesía no incluya un largo trayecto como el recorrido por el protagonista de esta película, pero si tendremos en común los miles de viajeros que pasaran por nuestros recintos y por los que debemos procurar un cambio.

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  6. Podemos decir que Pizarras de Samira Makhmalbaf es una película fundamental en la reflexión de los docentes, en especial sobre las condiciones socio-económicas que inciden en su quehacer pedagógico.

    En primer lugar, la película muestra un contexto hostil y violento donde incluso el valor de la vida se pone en cuestión. Este escenario se asemeja, guardando las proporciones, a la situación a la que diariamente se enfrentan muchos maestros y estudiantes en zonas rurales de Colombia, donde por cuenta del prolongado conflicto armado se ven expuestos a arriesgar su vida al estar en medio de las zonas de combate.
    En segundo lugar se evidencian las tensiones entre el analfabetismo y el alfabetismo, la oralidad y la escritura. Siguiendo las reflexiones de Víctor Vich y Virginia Zabala en el texto Oralidad y poder, la oralidad y lo escrito están frecuentemente entretejidos en luchas de poder que reflejan las asimetrías de la realidad social. Pienso que en este sentido un valioso aporte de la película es comprender cómo a pesar del analfabetismo en algunas comunidades, cada persona tiene historias que contar. Esta situación se ilustra en una conversación del maestro Reeboir con Hayyaz uno de los niños que llevaba sobre sus espaldas las pesadas cargas; en la escena, el maestro dialoga con el niño y le menciona cómo a través de los libros puede descubrir muchas historias y el niño lo interpela diciéndole que él (que no sabe leer ni escribir) tiene muchas historias y comienza a narrar una de ellas; posteriormente vuelve a narrar la historia con un final diferente, resignificando su vida y sus historias a través de la palabra hablada.

    En tercer lugar, la dolorosa travesía de los maestros con sus pizarras al hombro, nos recuerda la situación del maestro del virreinato de la Nueva Granada a mediados del siglo XVIII. Al respecto, Alberto Martínez Boom señala en Crónica del desarraigo que “bien pronto pueblos y ciudades ven surgir y expandirse unos ciertos mercaderes de la enseñanza que vendían o cambiaban su saber por un real, una vela y un pan semanal…”. Esta situación tiene sus efectos en la actualidad, en el hecho que una de las profesiones más subvaloradas es la de los docentes, en especial de la educación básica.

    Finalmente, cabe señalar la complejidad que demanda comprender en su totalidad las condiciones materiales y la subjetividad de comunidades tan disímiles a la occidental como la expuesta en la película, pues vemos siempre el conflicto y la realidad desde una perspectiva eurocéntrica. Sin embargo, esos puntos en común son los que nos permiten reflexionar que la docencia es una vocación que requiere pasión por enseñar y que a pesar de las difíciles situaciones que se presenten el acto de enseñar y aprender nos devuelve la humanidad que cada vez es más difusa.

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  7. El pueblo de Irak e Irán están en un conflicto armado y su población es desplazada por la amenaza de las balas. En medio de esta guerra se pone al descubierto las dificultades de la población para sobrevivir en medio de los enfrentamientos, como en muchos lugares del mundo la escuela queda en medio de esta lucha armada.
    El maestro pierde su estatus y su reconocimiento como actor importante en la sociedad, el vende su conocimiento para poder subsistir, pero a las personas que se encuentra en el desierto no les interesa leer ni escribir, ellos dicen no tener tiempo ni dinero para estudiar, consideran la tarea de la enseñanza como una pérdida de tiempo, porque lo que aprenden nos les sirve para el mundo de la vida.
    En muchos lugares del mundo hay una lucha en contra del trabajo infantil, sin embargo, en el ambiente de la película los niños realizan trabajos en condiciones infrahumanas y por tales motivos ellos se consideran mulas. Se podría indicar que esta es la metáfora de la película una serie de personajes que cargan su propio peso a sus espaldas, los niños con sus cargas de contrabando para ganarse la vida y los maestros con su pizarra a cuestas para enseñar y camuflarse en medio de las balas.
    FAPE

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  9. Omar García
    La intensidad de las tormentas de arena hace que todos los animales busquen un refugio, hasta los seres humanos se atrincheran esperando que la tempestad apacigüe, se construyen armaduras que nos protegen hasta de la comunicación, ensimismados en la lucha particular por la sobrevivencia. En muchos lugares del mundo se hace necesario tener el dominio de la comunicación escrita y matemática para la interacción con el otro, el adoctrinamiento de los supuestos salvajes o nativos se convirtió en una necesidad del hombre moderno y con ella la denominada vigilancia o régimen de castigo, que Foucault llamó el panóptico. Este ejercicio tuvo y tiene excelentes resultados en las culturas influenciadas por los grandes pensadores occidentales, sin embargo, lo que sería un derecho, en algunos lugares se plantea como una resistencia por modificar su propia cultura y en ocasiones es más importante cuidar la vida, para lo cual, persistimos en un movimiento constante.
    La pizarra, sinónimo de adiestramiento, es un objeto que busca plantear en el sujeto varias leyes, influye en las apreciaciones del mundo, en las búsquedas particulares inherente del hombre, lo domestica, hace de él un instrumento más. El maestro es un dispositivo que condensa dos principios, adoctrina por que fue adoctrinado, su afán de explicación en ocasiones lo convierte en una figura no deseada, pues se comporta como un colono que piensa que tiene la verdad. La cinta “La pizarra” es casi un documental audiovisual, se centra en la problemática geopolítica y cultural de una región flagelada por el conflicto armado, una amenaza que nunca se muestra pero se evidencia de manera soterrada, que determina las actuaciones de los personajes, es un enemigo que no vemos actuar pero su ubicuidad incide en la historia. La comparación que la directora Samira Makhmalbaf hace al enfrentar el árido y hostil paisaje y la actitud de rechazo hacia los personajes principales, es una apuesta fundamental, ya que de entrada, contextualiza la historia, construye una metáfora entre medio (el desierto) y fin (el abandono), como una imagen cerrada, una procesión, un ir y venir de enfrentamientos signados por la escases, la desolación y la indiferencia.

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  10. Pizarras, película árabe de la directora Samira Makhmalbaf mediante la imagen impactante de maestros que recorren largos caminos con sus pizarras al hombro y sedientos de enseñar aun en contextos de guerra, expone el papel del docente dentro de una sociedad ágrafa y su relación con otras formas de comunicación. Lo planteado en la película hace alusión al maestro como aquella persona que a pesar de las miles de adversidades que se puedan presentar, jamás olvida su misión como alfabetizador.

    Al respecto, cabe resaltar que la alfabetización dentro de las imágenes de “pizarras” se comprende como la relación existente y recíproca entre oralidad y escritura. En términos de Mc McLuhan, estas dos manifestaciones del lenguaje establecen una forma única de ver y sentir el mundo y de actuar en él, de allí que pueda entenderse la labor de Said como un intento para lograr sumergir a los niños en nuevos modos de aprendizaje y preservación de tradiciones cuando la palabra toma otra forma.

    Y es precisamente un intento, pues, aunque la historia se desarrolla en un contexto de guerra, logra de manera evidente plantear la reflexión sobre la difícil labor de los maestros independientemente del lugar donde desarrollan su praxis. Al igual que Said, cada docente lleva sobre sí mismo la responsabilidad de abrir campos de acción y posibilidad para que todo aquel que pase por su camino, logre conocer e interpretar el mundo a través de las diversas manifestaciones del lenguaje, aún cuando su labor haya sido olvidada y desvalorizada, pues en medio de caminos pedregosos siempre habrá alguien dispuesto a aprender, a expresar realidades y habitar algunas otras mediante el conocimiento, y ésa es realmente la único satisfacción para un docente.

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  11. La guerra, instrumento de destrucción del bienestar; donde las condiciones sociales que vive la población no dan lugar, ni razón a la ínfima célula de la educación, catalogando como inútil el leer y escribir, acentuando la decadencia, la injusticia, la mentira y la incomunicación, haciéndolos esclavos de la supervivencia. En este escenario aparece el maestro; como aquel soñador, altruista, crítico y visionario, el cual debe ser capaz de inyectar vida a sus semejantes, logrando la emancipación de sí mismos y de los roles sociales que lo oprimen.
    Esta presencia se convierte en amenazante para los emporios económicos, grandes capitalistas a los que no importa la vida, su misión es egoísta, acumulativa y por ello es renuente al significado de la educación para las bases sociales, quien se educa, crea opciones, construye un mundo, claro, si estas van de la mano de un pensamiento humanista, es muy posible que no se opte por arrasar pueblos a merced de sus intereses individualistas sino que pueda transformar realidades, generar “imposibles” y construir una sociedad justa.
    Por esta “Pizarras” más que la visión de la crisis de un pueblo es la exaltación a esta labor, la del maestro; y el cómo a pesar de la adversidad lucha por sembrar un árbol frondoso, que dará un mejor porvenir. Tarea difícil, ante condiciones tan agrestes, que para nuestra lamentable realidad, no solo sucede en Irak; la cantidad de pueblos que estamos sumergidos en la ignorancia y lo sencillo que resulta leer y escribir a un hijo del mundo “desarrollado” nos permite visualizar que en general la vulnerabilidad de derechos humanos, la invasión a los pueblos más el aislamiento producido por la ignorancia, nos engrilleta impidiendo el movimiento consiente de miles de seres humanos dependientes de aquellos que ostentan el “saber”, perdón que ostentan el “poder” en el mundo.

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  12. sabes, me enternece tu apreciación, aunque me ataca una idea, tal ves el papel del maestro es enseñar pero no es necesario que sea en una escuela, la educación en un ámbito social profundamente amplio y complejo, sabes creo que le hemos dejado un elemento fundamentalmente hermoso a una institución decadente.

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  13. En el marco del desplazamiento propio de la guerra, es muy significativo el esfuerzo que hacen los profesores para educar a la población. A pesar de que no logran en términos generales materializar su programa de alfabetización, su conocimiento geográfico si permitió llevar a la población a la frontera que en ese contexto era más importante y significativo para la población. Luz Edith Cometa

    En Colombia se han dado experiencias similares, como fue la Expedición Pedagógica o los Colegios Viajeros, donde los profesores dentro de una concepción de educación popular iban a las comunidades a impartir sus saberes, logrando que por ejemplo, hombres de edad avanzada leyeran por primera vez en poco tiempo, de manera similar en medio del conflicto.

    La metáfora de la pizarra que además de servir para enseñar a leer y escribir, ofrece la posibilidad de proteger a quien la tenga. Los protege de la guerra, de las balas, sirve para entablillar a un herido en la piedra, sirve para camuflarse de los pájaros reales y de los de acero, de hecho varios murieron en esa guerra, pero los dos protagonistas que tenían sus pizarras siempre estuvieron protegidos. El saber es una herramienta de poder.

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  15. La Pizarra. Takhté siah/Blackboards. Irán. 2000. 85 min.
    Dirección: Samira Makhmalbaf.

    La película recrea una situación que atraviesa, en su mayoría, a los docentes del mundo. Educar en contextos conflictivos (aunque la crisis educativa no se puede identificar como exclusiva del conflicto armado). Una mirada crítica a las condiciones –institucionales, políticas, físicas… que configuran una sociedad- que garanticen/enmarquen una educación significativa/funcional. Esta película nos muestra varios elementos que tensionan el significado de enseñar en medio de un conflicto armado.
    Llevar la pizarra a cuestas. Una representación del docente errante –componente vocacional- que busca en lugares recónditos un público para enseñar (procesos de lecto-escritura y operaciones matemáticas) a cambio algunas monedas, hospedaje o comida, enfrentándose todo el tiempo a situaciones que configuran la crisis educativa: la idea de escuela y su materialización no existe y sumado al conflicto del momento obliga a las comunidades, en especial los niños, a buscar empleo y/o sufrir desplazamiento. Esta imagen social provoca en los sujetos un ideal de educación como algo que está “fuera de lugar” y no se ajusta a las dificultades cotidianas: La guerra, el hambre, desplazamiento forzado, trabajo infantil, analfabetismo.
    La pizarra como escudo, como camilla o como soporte para secar la ropa. La concepción que se tiene de educación y su valor es mínima, no se le considera como un camino que puede dar solución al problema, pero sobre todo, no se reconoce una relación entre los conocimientos que ofrece y las posibilidades geopolíticas que disponen las comunidades. En esa medida, se resalta la importancia de reconocer el contexto a trabajar y sus prioridades a la hora de organizar programas educativos.
    Esta reflexión va más allá de un seguimiento a una situación particular y nos dibuja una crítica de la labor docente en relación a su contexto socio-económico, planteando dos caminos posibles. La pizarra como sinónimo de resistencia, como estrategia esperanzadora que pretende cambiar patrones de una cultura, un proceso emancipador que garantice un desarrollo social, económico y promueva la igualdad entre hombres y mujeres; su interés por modificar la forma de ver, de sentir y actuar en el mundo y que admita relaciones sociales a partir de la diferencia. O por el contrario, dicha popularización de conocimientos básicos garantizan la estabilidad y permanencia de un marco socio-político hegemónico.

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  16. El agotamiento y el afán de sobrevivir en medio del conflicto entre las fronteras de Irán e Irak es el marco en el que la directora Samira Makhmalbaf presenta el recorrido que realizan dos profesores que con sus pizarras a cuestas llevan sobre sí el deseo y las ganas de enseñar a sumar y restar, a escribir y leer. El papel del docente que se construye a la luz de estos dos personajes, devela como en el endurecimiento de una cruda realidad no hay espacio para aprender; el extraño que viene con su pizarra busca subvertir una humanidad en la que la educación tiene poco valor, en la que se da un abandono del conocimiento.

    La acción de ser docente se traza desde el inicio como un camino incierto y difícil de seguir; su presencia de extraño está cargada de libertad y nuevas visiones, de conocimiento. ¿Sabes que te permitiría hacer? Es una de las preguntas de los profesores en medio de ese llamado incesante al mundo maravilloso que da el conocimiento. Sin embargo, este mundo disonante frente una cruda realidad matiza el proyecto de la escuela como algo inconcebible, el conocimiento ni siquiera regalado llega a ser necesario, pues sólo lo es aquello que permita una segura permanencia dentro de esa realidad de balas.
    Cindy Castro

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  17. La palabra escrita está buscando niños y adultos que quieran plasmar sus historias en el papel por medio de la letra.
    De pueblo en pueblo, de valle en valle, de montaña en montaña, de generación en generación, la letra escrita está buscando patentar la tradición oral e interpretar en la pizarra la inteligencia de la mente.
    La escritura no conoce barreras y clama en busca de alumnos. Carecer de la herramienta de la palabra escrita es como llevar carga a cuestas por una empinada montaña. El ascenso es más duro y cruel cuando no se lleva en el morral la herramienta de la palabra escrita.
    El saber de la escritura permite volar, así como vuela la palabra cuando sale de su boca, las dos se necesitan, las dos son tan valiosas; como la lengua y la mano para el hombre.
    Saber, saber… conocer, conocer… plasmar, plasmar… escribir escribir…¡libertad!, ¡libertad!

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  18. Ante la indeseada realidad que no sólo afrontan países como Irán e Irak, aún surge la necesidad y la afición de enseñar; pero con cada problema y situación desgarradora, el maestro inicia el recorrido de un tarea difícil. Buscar a aquellos niños que se hallan perdidos de conocimiento y se encierran en el mundo del trabajo, es lo que hacen los personajes de esta historia, los cuales con enormes ganas quieren que la juventud no se aleje del valor de las palabras y de los números (aunque no existiera el interés de hacerlo). Nos muestran pues, que efectivamente existen las maneras de llevar el peso de la enseñanza, que no es un mero proceso que se hace porque sí, que primero se debe sentir la pasión, se deben hallar las maneras y se debe contemplar el buen resultado.
    Colombia no es un lugar ajeno al desinterés por la educación, y la escuela que unos pocos tratan de mejorar, tristemente no deja de ser la misma; los que son maestros y los que se forman para serlo, necesitan encontrar en la experiencia y en el valor, la forma para romper los límites, para soportar los rayos que el poder otorga y que a la vez hacen acalorar nuestras ideas, para caminar aunque nuestros zapatos se desgasten, de inquirir estudiantes aunque nuestra mirada se haga cada vez más pequeña y de alejar las piedras que por pequeñas o grandes que sean, nos impiden corregir la necedad de muchos. ¿Seremos capaces de cargar con el peso de la enseñanza en nuestra espalda?

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  19. La película “pizarra” nos muestra la cruel realidad en la que viven los pueblos en conflicto, los pueblos que a lo largo de su historia han sufrido los embates de la guerra. Estos pueblos oprimidos, privados de su libertad en un desconocimiento casi vital, como lo es la lectura y escritura, viven en desplazamiento constante sin tener opción de reflexión, ya que la guerra siempre esta al asecho y su principal meta será la sobrevivencia. No alejada de esta realidad se encuentran las zonas aisladas de nuestro país, siendo configuradas al calor de la guerra y violentadas en torno a los derechos fundamentales tales como la educación. En nuestra sociedad el campesino tal vez es el sujeto social que mas ha sido oprimido, teniendo que vivir en carne propia los horrores de la guerra, siendo excluido de las oportunidades civiles que todo ciudadano debe poseer; el desempleo, el precario sistema de salud, la carente infraestructura, las dificultades de participación política, el casi nulo acceso a una educación incluyente y de calidad, constituyen aspectos que configuran un sistema de “pez que se muerde la cola”, un espiral de marginalidad económica, política, cultural y educativa. Es allí donde el papel de la educación (maestro), debe ser configurado en función de abrir caminos y cerrar brechas de desesperanza e ignorancia en nuestros pueblos, alentándolos a la lucha y resistencia pero con letras y libros y partiendo de lo necesario para cada sociedad (que nunca es igual en todas las sociedades por su precisa realidad). Tal vez sea soñador, pero la vocación de enseñar al igual que aquel maestro ignorado en su afán por enseñar, nos permite no desfallecer en las adversidades que se presentan en la educación.

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  20. Paola Andrea Cubillos Molina. SEMINARIO 4° SEMESTRE

    La película "LA PIZARRA" de Samira Makhmalbaf nos permite ver las problemáticas de la educación cuando un territorio se encuentra en conflicto; Los docentes en muchos casos son los que deben ir en búsqueda de estudiantes con el fin de enseñarles, en este caso procesos de lecto-escritura y bases matemáticas. En épocas de conflicto los niños, jóvenes, ancianos, mujeres, hombres, etc se ven obligados a caminar sin rumbo fijo y trabajar sin importar las condiciones, lo anterior hace que el aprendizaje se vea como un punto a parte ya que lo importante es subsistir y no hay el tiempo ni las condiciones suficientes como para leer un libro o aprender a escribir siquiera el nombre. En la película se evidencia el entusiasmo y empeño de los docentes por sembrar el deseo de aprender en los chicos a pesar de que ellos se rehusaban a que les enseñaran. Es importante destacar la trascendencia que se consigue, si uno como docente cautiva la atención de por lo menos un estudiante.
    La pizarra a cuestas es el símbolo de constancia, lo cual debe extenderse en cada una de las aulas.

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  21. La pizarra, desde sus inicios ha tenido en sí misma una labor única que pretende responder al llamado de la educación, vemos en la película de Samira Makhmalbaf que la labor docente, requiere de una serie de retos y compromisos que otorguen al maestro la suficiente sabiduría para resistir a algo tan común en la educación: la evasión al aprendizaje; en el contexto de la película logramos percibir como el aprendizaje de las ciencias, la escritura o la lectura se torna innecesario puesto que la situación de guerra pone en primer plano prioridades como la supervivencia o el comercio. Sin embargo, a lo largo del film logramos descubrir que el docente en medio de su persistencia y adecuación a las situaciones logra interactuar con los niños y despertar en ellos un poco de disposición por el conocimiento, el cual crea un destino esperanzador para los niños y sus aprendizajes, llegar a este resultado es por supuesto complejo y no cualquiera llegará a este. Finalmente, en el contexto del film se dará a entender que el maestro pasa de un “vengan he venido a enseñarles” al descubrimiento de la falta de interés (“Por qué te niegas a aprender”) para al final descubrir que muchas veces somos nosotros y nuestra pizarra (entendiendo por pizarra esos saberes que nos cobijan y ayudan ante diversas situaciones) quienes tenemos que adecuarnos al medio para lograr transmitir un poco de lo que sabemos, no solo en escritura o lectura, nada mejor que enseñar para la vida, sea en Irán, un país que ha pasado por momentos de duras guerras, o sea en Colombia un país que atraviesa guerras diferentes pero igual de complejas y con problemas similares.

    Presentado por: Leidy Martínez Molina.

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  23. La película “pizarras” muestra el rol docente en uno de sus más complejos campos: enseñar en medio del conflicto; el contexto en el que se desarrolla la película permite observar cómo la educación y los saberes pertenecientes a esta se desvalorizan por las necesidades o problemas sociales que se presentan en determinado lugar, esta desesperanzadora escena deja al maestro en la ardua tarea de insistir en el valor del conocimiento y dar todo de sí mismo para despertar el interés en sus pupilos. El maestro no solo en la película sino en la vida real, siempre se enfrentará al poco interés de los estudiantes hacia la educación y no tiene otra alternativa que ir tras de ellos, persistente y sabio, preguntando por aquello que saben y por aquello que podrían aprender, es en este punto que vemos la pizarra como ese símbolo que representa el peso del conocimiento y como la herramienta para ayudarse a sí mismo y a los demás; sumándole a eso, la película muestra que el ser maestro va más allá de un deseo, es algo que requiere de tiempo y sacrificio, son largos los senderos que debemos recorrer y aún más lo que debemos de abonar por medio de nuestras palabras, para generar en quienes nos escuchan algo de inquietud, curiosidad; a partir de ese momento ya no estaremos solos, cargaremos nuestra pizarra junto a alguien que busque aprender y enseñar a la vez.

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  24. “Pizarras” nos hace reflexionar sobre el papel de la educación en contextos de guerra y de marginación social, nos hace repasar sobre el papel de la educación y el modelo educativo restringido al aprendizaje en las aulas de clase y sobre la inexistente educación que permite remitir y conectar los conocimientos adquiridos a una realidad social, política y cultural existente y latente en cualquier contexto. En este filme, la Pizarra se convierte en un símbolo de protección, aprendizaje y contenido simbólico, en un contexto donde se desestima la importancia del aprendizaje para la vida, pues los maestros intentan difundir dicha importancia y convocar al aprendizaje, pero es evidente que en contextos de guerra las personas se someten a su condición de pobreza y marginación y no ven la educación como una alternativa a su situación.
    Personalmente, hago una analogía entre el andar de los protagonistas como peregrinos y el devenir de la educación como proceso social, pues es evidente que la escuela como institución no ha sabido responder a las necesidades y al transcurrir de las transformaciones sociales, históricas y culturales de cada contexto y a pesar de los esfuerzos de cambio que se han intentado llevar a cabo, se sigue implementando un modelo cerrado y cuadriculado de la educación, donde la alternatividad sigue siendo vista como algo secundario, donde se sigue educando para poner etiquetas a las personas y donde se repiten contenidos en lugar de generar sujetos con un sentido social crítico.
    En cuanto al texto de McLuhan y en relación con la película se puede ver la poca importancia que se le da a la escritura en ese contexto, se resalta el valor de la palabra hablada, de las historias contadas, de la oralidad como medio de comunicación privilegiado y como transmisor de enseñanza y tradiciones.

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  25. Este film resulta bastante impactante, en cuanto conduce a una reflexión directa sobre el quehacer educativo, poniéndonos de frente ante esta realidad escalofriante, de miseria, desigualdad, violencia, desplazamiento, entre otras; que acompaña de cerca a nuestros escolares, pero que como docentes, muchas veces, de manera consciente o inconsciente terminamos invisibilizándola con el escudo del conocimiento, tanto así que se prioriza la enseñanza de lo que a lo largo de los años nos han impuesto otros como saberes esenciales, desconociendo que la imaginación supera el lenguaje escrito e ignorando nuestro propio contexto y condenando nuestros encuentros pedagógico – educativos, a frías relaciones de tipo bancario, sin embargo; ¿los genocidios colonizadores no se han producido en nombre de un proyecto civilizador? ¿Qué sentido tienen estos saberes en un contexto de guerra? o mejor ¿no debería el conocimiento volvernos más humanos?....
    Gamami

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  26. esta película nos propone una reflexión fundamental sobre lo que significa ser maestro, que su labor mas allá de moldear o formar, es la de acompañar y luchar...propone que nos salgamos de nuestra zona de confort en la que pensamos que la escuela se hace en cuatro paredes, cuando en realidad se hace en la vida misma, en el conflicto,en la frontera... y finalmente nos invita a pensar que hay mas allá de los lugares comunes, que hay mas allá de la comodidad, de las notas, de un sueldo... para redescubrir dentro de una dimensión humana que significa realmente la educación.
    Marvi Andrea Tellez

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  27. Pizarras, de la Directora Samira Makhmalbaf, nos presenta una postura metafórica de la educación a través de las peripecias de de un educador que lucha en medio de la guerra por cumplir con su objetivo, alfabetizar a pesar de los obstáculos y las dificultades.
    De esta manera, la directora configura un lenguaje digno de una obra contemporánea significativa, que cuenta con la posibilidad de ser abordada desde diferentes lenguajes en cualquier momento histórico, reflexionando desde lo aparentemente dicho a primera vista.
    Por lo anterior, tratando de resignificar e intuir los subtextos de las situaciones, percibiendo las imágenes, los encuadres, y sobre todo, el tono con que son dirigidos los actores en medio de poderosas atmósferas de toque documentalista, siguiendo íntimamente a los personajes en un naturalismo cuidadoso, podría decirse que el súper objetivo del personaje principal, bien puede inscribirse dentro de otros asuntos en los q se enmarca el mismo, como lo es el arquetipo de la guerra.
    De esta manera, si se quisiera salir del lugar común (sin minimizar su importancia) de dicha guerra, campo suficientemente abonado para cultivar una historia, viendo al educador, diríamos que afronta otro tipo de conflictos, superponerse a diario a otra clase de apatías y rechazos en su quehacer, a otra categoría de itinerancias dolorosas, guarneciéndose de otra clase de armas y enemigos.
    Así pues, quiero dejar la inquietud de la película como metáfora de la cotidianidad actual del docente, en algunos ambientes de trabajo en nuestro contexto.
    Marlon Robayo

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  28. ¿Para que educar? ¿Cuál es el fin de la educación? Estas son las preguntas que quedan en el aire con el filme iraní de la directora Samira Makhmalbaf, es la cruda realidad de ver al maestro como vendedor de un producto que poco o nada interesa y que se cree no ayudara en el marco de necesidades extremas. La metáfora de cargar el tablero o pizarra es simplemente el ver la carga que llevan algunos seres que pretenden promover en la sociedad la cultura y el desarrollo de ideas.
    Personalmente creo que esta película no está muy distante de la realidad colombiana, ya que ser maestro es visto por muchos como un oficio de poca monta, que se oferta y que se puede adquirir de cualquier manera y siempre buscando invertir lo menos posible, al punto que los mismos maestros desean que sus hijos escojan cualquier otra profesión a la de ser educador.

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  30. En esta película, el tablero asume un papel netamente simbólico que refleja el papel del profesor en la sociedad y, sobretodo, en un contexto donde el conflicto es inherente a la existencia de los estudiantes y del mismo profesor. El tablero muestra que el profesor es médico, es compañía, es amigo, es guía e incluso hasta salvación. El tablero sirve para muchas cosas.

    Se muestra que el contexto social y político pone la educación en un segundo plano. La guerra y la supervivencia acaparan la atención de la población. Los profesores, en su andar y en la búsqueda de estudiantes, quieren mostrar que la educación es la salida al conflicto, que por medio de ella se pueden mejorar las condiciones de vida.

    La película también deja ver que la educación es la mejor opción sin importar la edad ni condición y que el profesor como una especie de vendedor que en muchos casos poco importa sólo recibe a cambio la satisfacción de que el otro adquirió conocimiento y así transformó un ser.

    En otras palabras, la película muestra las dificultades por las cuales pasa unos profesores para ejercer su profesión. Dicha situación no dista mucho de las fuertes cargas que debemos soportar los docentes en Colombia: una serie de normativas que cada vez más coacciona nuestra labor, una lucha fuerte contra los medios masivos de comunicación que distorsionan la realidad nacional e inculcan antivalores que ponen al estudiante en medio de dos posturas, unas condiciones económicas que limitan nuestra calidad de vida, un sistema da salud cada vez más precario y unos recursos para su labor completamente escasos.

    En sí, la película nos invita a reflexionar sobre el papel del profesor en cualquier sociedad sin importar las situaciones que en el momento se vivan. Que no hay siempre lugares ideales para ejercer la profesión y que donde los problemas abundan es donde el profesor puede hacer una verdadera transformación social.

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