viernes, 5 de junio de 2015

El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, un mensaje desde el corazón de las montañas sagradas

El abrazo de La Serpiente (2015), de Ciro Guerra, filmada a las orillas del Rio Yary, en el Vaupés, en la Amazonia Colombiana, y en un vasto territorio que se extiende más allá de las ilusorias fronteras, es una película que amplia nuestra mirada, nuestra limitadísima imagen de la historia. 



La película ofrece una rica propuesta estética, un excelente trabajo de fotografía y un ritmo narrativo que avanza por una geografía que sobrepasa por su belleza y magnificencia nuestras expectativas.



Hemos limitado nuestra visión de la selva hoy a una posibilidad de visitarla, recorrer algunas de sus fronteras, pero regularmente paramos en los hoteles creados para el blanco o para el extranjero; la selva, es siempre para el mestizo colombiano un universo que está más allá de sus niveles de comprensión. 



Para la cultura blanca la selva ha sido y sigue siendo concebida como un lugar de donde se puede sacar provecho, explotar, saquear; un mundo que debe ser dominado. La película narrada desde dos perspectivas, en dos momentos de una misma historia de destrucción, desde dos avanzadas de la civilización blanca, surge como una deconstrucción de la barbarie de los saqueadores, de los caucheros, los misioneros, los colonos.



El abrazo de la Serpiente reconstruye el viaje realizado por Theodor Koch Gründberg, antropólogo y etnógrafo alemán que recorrió un parte del territorio colombiano y registró sus aventuras científicas en el libro Tres años entre los indios del noroeste brasileño, con la salvedad de que el territorio de Grünberg, entre 1903 y 1905, comprende zonas de Brasil, Venezuela y Colombia. 



Este mismo territorio va a ser recorrido, cuarenta años más tarde, por el el botánico norteamericano Richard Evans Schultes, quien se adentra en el amazonas colombianos estudiando el caucho, la Banisteriopsis caapi, más conocida como la ayahuasca, caapi o yaje.



Este lapso de 40 años es el tiempo, en la película de Ciro Guerra, se integra a través de un personaje, Karakmakaute. El joven Karamakaute, símbolo de la revuelta, del rechazo a la intromisión del blanco, es 40 años más tarde, otro viajero más en procura de recuperar la memoria. 



El abrazo de la serpiente es no solo un viaje de aventuras, por un territorio de compleja geografía, que debe superar los peligros, sino un viaje iniciático, un viaje de aprendizaje, en procura de una planta sagrada.



La película nos ofrece un ejemplo del respeto que demanda fotografiar, filmar, trabajar con actores naturales; no era posible contar esta historia en la lengua del colono: era necesario que oyéramos -¡ojalá aprendiéramos!- una lengua americana; y es que en la película se oyen tres idiomas diferentes: tikuna, ocaina, uitoto, cunebo.



La película no es simplemente un homenaje o un reclamo; es igualmente una invitación, a preservar, a cuidar, a reconocer, a cambiar nuestra forma de entender nuestra realidad, a conocer nuestra geografía y a aprender sobre la riqueza de los pueblos y las comunidades ancestrales que han habitado nuestro país. 



Un cine colombiano que se compromete con la necesidad de abordar nuestra propia historia, nuestra propia geografía.

55 comentarios:

  1. “hay quien cruza el bosque y solo ve leña para el fuego” León Tolstoi

    Desde el shock que produce ser testigo de un crimen brutal y la satisfacción por lograr imágenes únicas se puede pensar que el fin justifica los medios. Pero esta idea se desdibuja al enfrentar la situación que se crea entre el lugar “seguro” tras del obturador y quienes serán convertidos en memoria.

    Lo que encubre el éxito. Estar poseído por un objeto del cual depende tu vida pero no saber a dónde va a parar tal riesgo, pero no eres el único, de hecho encuentras que hay muchos más que quieren seguir tus pasos, pero ¿hacia dónde? La valentía es enfrentarse a los miedos pero también es desarraigarse de la vida. La belleza surge como un rescate, una liberación y una recompensa, que, sin embargo, no alcanza a remover la crueldad observada por tanto tiempo.
    Todo hace parte de una ceremonia, el hábito te hace sobrevivir e ignorar ciertas emociones para poder continuar, pero cada cual prueba su límite. Cuando se enfrentan cosas mucho más grandes que una vida singular, la sociedad demanda explicaciones de tus actos porque se ha conmovido, es el caso de Kevin Carter, quien se ve invadido por demasiado vacío para resistir la presión de una vida nómada y célebre aunque cuestionada por la misma sociedad que lo premia.

    Un punto de encuentro entre The Bang Bang Club y El Abrazo de la Serpiente es la intención con que el “hombre civilizado” se acerca a una cultura “primitiva” y a un lugar “salvaje”, es una lectura utilitarista que sirve a intereses mercantiles o individuales sin escatimar en qué medida esta intervención afecte la configuración del mundo invadido.

    Otro aspecto que se integra en la narrativa visual es el paisaje y su gente, los cuales serán tan solo aprehendidos por el impacto visual, pero difícilmente se comprenderán cosas como que la selva es más que un lugar, pues está en el alma de quienes la habitan.

    Nidia Andrea Martín B.
    Cod: 20132160001.

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  3. The Bang Bang Club – Steven Silver / Canada. 2010
    El abrazo de la serpiente – Ciro Guerra / Colombia 2015


    El cine es un espejo pintado. - Ettore Scola

    Una corta reflexión sobre la experiencia estética del cine.

    Las taquillas, los premios, las tendencias y las ansias que se sienten como espectador ante el séptimo arte han llevado a la sociedad a reconocer en el cine más que una fuente de entretenimiento a algo sumamente importante en la vanguardia intelectual. Ya sea cine de arte o cine comercial es preciso que recalquemos que es una estética contemporánea crucial como la pintura, la música, la literatura dentro de la cultura, una ventana a nuevas y lejanas realidades que nos tocan en lo más profundo; El cine nos abre un mundo de posibilidades, nos entrega para nuestro deleite visual un trabajo arduo de fotografía, de narrativa de la imagen complementado con una alta elaboración textual (guión) mostrándonos que el mundo es tan pequeño al verse cercano en sus dolores y tan amplio como nuestra imaginación nos permite, es la posibilidad de sentir los diferentes estados del ser proyectados, un sueño consiente inmortalizado para la historia.
    Las películas con las cuales culmino nuestro corto viaje por este mundo “The bang bang club” del director Stiven Silver y “ el abrazo de la serpiente” del director Ciro guerra nos dan una visión clara de cómo las historias de conflicto son posible verse de diferentes ángulos enfocando diferentes personajes que nutren el relato además, el contexto que los directores eligen para narrar desde sus lentes aunque alejados geográficamente nos logra conectar desde el pensar la condición humana; Para terminar es preciso conectar las experiencias estéticas que nos proporciona estas dos obras cinematográficas con su alto contenido sobre la conciencia, la memoria, la invasión, los paisajes y la contraposición de experiencias ( los fotógrafos y la violencia en el caso de “The bang bang club” y el hombre blanco y la comunidad en “ El abrazo de la serpiente) como un punto de quiebre entre el mundo narrado y nuestra sociedad actual en la cual la impunidad es pan de cada día, a diario las noticias de nuestro país muestran un panorama oscuro en el cual la guerra y los asesinatos o las “bajas” se han convertido en banalidad, aunque estas noticias son escandalosas y de una u otra manera sentimos repudio a estos actos esto no trasciende más de la simple indignación. Ningún hombre puede vivir alejado de la comunidad, apartado del otro, pero tiene en si la capacidad de elegir o cambiar de comunidad a comunidad, ese hecho de convivir implica también la armonía no solo con los demás sino también conmigo mismo, la relación que nos atrapa en instituciones aquello que nos cobija que nos distribuye en una equidad y una justa medida, sentimos la necesidad de incluirnos en un círculo social en el cual somos inscritos sin quererlo en el simple acto del nacimiento o en un acto de cambio, inscripción tanto a niveles culturales, históricos, religiosos y hasta políticos si se quiere decir.
    Por lo tanto trae consigo una carga de diferentes culpas, errores y responsabilidades que nos obligamos a llevar, como una bandera que ondea en nuestro interior, no solo culpas sino también engloba glorias triunfos y demás además que por ser humanos tenemos una ética universal que nos cobija, Lo justo se define por una decisión de la conciencia de acuerdo con principios éticos que ella misma ha elegido y que pretenden tener un carácter de amplitud, universalidad y consistencia lógicas
    La exigencia de reconocernos está en la necesidad humana vital el saber que es ser humano para mi sin identidades impuestas y destructivas, nos reconocemos en el sentido dialectico en la dependencia del otro ese estar en contacto con mis sentimientos morales me da una significación moral independiente el reconocimiento mutuo sin dejar corromper mi autenticidad como sujeto como individuo eso que es “ser humano para mí”.

    Sergio Alejandro Vela Cubillos
    20082160063

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  4. Las películas: El Abrazo de la Serpiente de Ciro Guerra y The Bang Bang Club de Steven Silver nos llevan a distintas reflexiones. La primera nos lleva reflexionar sobre nuestra herencia cultural y a conocer la geografía nacional. La segunda, en cambio, representa una reflexión sobre el papel del fotógrafo en la sociedad contemporánea a partir de una historia real.
    La película de Ciro Guerra es un recorrido por el Amazonas, más propiamente, es un recorrido cultural y geográfico hacia el autodescubrimiento. Puede hacer recordar a novelas como Toá o la Vorágine, ya sea por los personajes o el contexto de esclavitud en la producción de caucho. Por eso, es fundamental la película porque permite una indagación sobre lo que somos como colombianos, como latinoamericanos, como indígenas, como extranjeros de esta tierra que nos negamos a conocer a plenitud. El Abrazo de la Serpiente denota nuestro desconocimiento de lo que es propio y a la vez representa la diversidad que somos. Se escucha la voz del indígena, del extranjero y del mestizo, sin que ninguna este por encima de la otra.
    La enseñanza de nuestro ancestro indígena sobre el desapego por lo material, el conocimiento espiritual y el sentir de los ritmos de la vida son la riqueza que necesitamos conocer mediante el arte. Igualmente, sobre el panorama que refleja el contacto de dos culturas y dos formas de pensar, una ligada a lo mítico y a lo espiritual de la vida y otra relacionada con la ciencia y la búsqueda objetiva. Se puede inferir a partir de eso y del final de la película que, hay una reconciliación en medio de la guerra, de los mutuos desprecios, un intercambio de conocimientos y una amistad que se liga durante los años.
    Por otro lado, el mestizaje lo encontramos en el lugar donde el sacerdote capuchino español realiza un proceso de aculturación en los niños indígenas y lo que luego se evidenciará 40 años después.
    Ciro Guerra, igualmente, a partir de una forma peculiar y artística nos acerca a la violencia que se manifiesta en nuestro territorio, a la destrucción del medio ambiente, a un desprecio mutuo entre culturas y a un momento histórico fundamental. Esto sin perder de vista el objetivo de la deconstrucción del ser chullachaqui en el espectador, es decir, de un ser vacío sin tiempo y privado del recuerdo.
    La segunda película es The Bang Bang Club, la cual nos muestra el contexto del Apartheid en Sudáfrica, donde cuatro fotógrafos trabajan en la recolección de las mejores fotografías de la violencia que se manifiesta allí. Su unión se da más por la seguridad de ir en grupo y no a una conformación intencionada. Desde el comienzo de la película se está reflexionando sobre el para qué la fotografía, como se realiza una buena fotografía y qué caracteriza a estas. En su trayecto, por ejemplo, Kevin Carter y Greg Marinovich se cuestionan por su qué hacer y tienen frecuentemente reflexiones morales. El punto crucial es ser testigo de los actos crueles del mundo sin intervención con el fin del que el mundo se enteré o intervenir o simplemente retirarse de su trabajo. Esta aptitud reflexiva se ve más reflejada en Kevin Carter, quien termina inundándose en las drogas. En cambio, con Marinovich evidenciamos más la motivación de contar una historia desde otra perspectiva, por ejemplo en la primera escena. También en la película observamos el poder dominante de la prensa y de los gobiernos, pero los fotógrafos asimismo tenían un poder en cuento las imágenes que se emitían contaban una historia al mundo y denunciaban lo que sucedía. Causa por la cual recibía reconocimiento y a la vez críticas. The Bang Bang Club es otra forma de mostrar la violencia, sin embargo, esta vez desde la perspectiva del fotógrafo.

    Javier Enrique D. V

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  5. “Ningún arte traspasa nuestra consciencia de la misma forma que lo hace el cine, tocando directamente nuestras emociones, profundizando en los obscuros habitáculos de nuestras almas” - Ingmar Bergman.

    El cine es el arte que permite al hombre evidenciar sus actos en el reflejo de la pantalla, por lo tanto es el cine aquel espejo que permite la constitución de mundos posibles, ya sean fantásticos, surrealistas, ficticios, lúgubres, reales, etc. Todos son igual de validos no importando la perspectiva ni la naturaleza en la que transcurran, aquel relato que se quiera contar y transmitir a los otros por medio de la creación de imágenes con articulación del lenguaje hacen parte de cada gota que conforman el vasto mar sin fin del séptimo arte.

    Las películas “El abrazo de la serpiente” y “The bang bang club” transcurrirán en continente, escenarios, épocas y sociedades totalmente diferentes pero nos dejaran una reflexión sobre el problema de la tierra, la guerra, el sufrimiento, el dolor, la violencia y el desarraigo. En la película el abrazo de la serpiente de Ciro Guerra se evidencia una fotografía exótica, donde la imponencia de la selva amazónica enmarcan una serie de imágenes que van a hacer claves para el entendimiento y la toma de consciencia que logra transmitir el film. El argumento coloca en crisis al espectador, ya que contrapone esa identidad disfrazada eurocentrista que poseemos y el abismal olvido de las culturas ancestrales, fantásticas y únicas de la cuales venimos. El indio, el nativo, hijo de la tierra y protector de está es colonizado y dominado por el hombre blanco, obligado a olvidar sus creencias y seguir doctrinas desconocidas y sin sentido, dominado por lo externo y esclavizado por su gran nobleza, juzgado por su sabiduría medicinal y su maravillosa concepción de los espiritual. Es en ese recorrido por el amazonas, encantador mundo diverso , mágico y desconocido que comienza a desentrañarse el misterio, la búsqueda, la conexión entre lo medicinal, lo onírico y lo psíquico, es en ese fluir cargado de majestuosas imágenes selváticas que se extraña la identidad que nos fue arrebatada , que se juzga por nuestras acciones que repercuten en nuestra fuente de recursos naturales y a medida que transcurre se llega al cauce donde se entrevé que el problema radica en que no nos apropiamos de lo nuestro simplemente todo lo vemos a lo lejos , como sino fuera el otro parte de nuestra realidad, apoyamos al exterminio, soñamos con el exterior por qué no estamos capacitados para valorar el interior. Debemos aprender de aquel que está en contacto, conoce y ama la tierra para así valorarla y aprender más de ella.

    En el film “The bang , bang club” dirigida por Steven Silver , se evidencia un conflictivo escenario durante el periodo del apartheid, en el cual la guerra, la intolerancia , la violencia es el pan de cada día, donde el dolor entra en la cotidianidad como el simple hecho de respirar , cuatro fotoperiodistas son los encargados de capturar en sus lentes las escenas mortuorias y sangrientas de la guerra, la intolerancia y exacerbada capacidad humana para liquidar al otro, en esta película no se observan escenas con paisajes maravillosos de la selva amazónica como en “el abrazo de la serpiente”, sino que se muestra un continente africano pobre , desolado y seco, donde los cadáveres, la sangre y la arena se mezclan en un todo, para crear paisajes crueles y miserables que son apetecidos por los periódicos, revistas y post’s de renombre internacional para desde un lado hipócrita hablar de la guerra y por el otro realizar transacciones millonarias y lucrativas gracias a ella.

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  6. La imagen que retrata el dolor humano, ha sido, ya desde hace años, cuestionada por sus intereses, alcances y fines. Es así como, la película “The Bang Bang Club”, toca un tema para muchos puntilloso, en donde se reflexiona sobre el papel del reportero gráfico en la guerra, en este caso, en Sudáfrica, lugar asediado por el colonialismo Inglés, en donde, entre 1948 y 1994 se generó el Apartheid racial. La película, muestra el paso entre el Apartheid y las primeras elecciones multirraciales realizadas en 1994, pues antes de ellos solo los blancos podían votar. Es allí donde cuatro fotógrafos –Greg, Kevin, Ken y Joao- se enfrentan con la realidad de la guerra e intentan retenerla por medio de las fotografías que pueden captar.
    Susan Sontag, en su extraordinario ensayo titulado “Ante el dolor de los demás”, genera una reflexión ardua sobre el papel de la fotografía que retrata la guerra en la sociedad mundial, pasando así por el papel de los reporteros gráficos. La cámara, al igual que las armas de fuego, es disparada. La fotografía, entonces, busca visibilizar los hechos violentos. Es así como, Kevin Carter en la entrevista radial que le hacen, responde que la fotografía asombrosa es aquella que te hace preguntarte sobre lo que sucede. Al respecto, Sontag sostiene que la imagen por sí misma puede ser sólo un espectáculo que responda a los intereses que en el pie de foto se le quiera imprimir; pero que esta, acompañada por una reflexión real, puede ser muy poderosa. En cuanto a los reporteros de guerra, Sontag afirma que
    “Los ciudadanos de la modernidad, los consumidores de la violencia como espectáculo, los adeptos a la proximidad sin riesgos, han sido instruidos para ser cínicos respecto de la posibilidad de la sinceridad. Algunas personas harán lo que esté a su alcance para evitar que las conmuevan. Qué fácil resulta, desde el sillón, lejos del peligro, sostener un talante de superioridad. De hecho, escarnecer el esfuerzo de quienes han sido testigos en zonas de conflicto calificándolo como ‘turismo bélico’ es un juicio tan recurrente que ha invadido el debate sobre la fotografía de guerra en cuanto profesión”
    En ese sentido, la reportería gráfica no puede ser ni defendida a cabalidad, ni humillada con tan lacerante rastrero. Ello nos recuerda la controversia retratada en la película, sobre la imagen que Kenvin Carter le toma a la niña asediada por el buitre. La exigencia de muchos por saber qué había pasado con la niña y qué había hecho Carter para ayudarla, nos hace preguntarnos por el papel del fotógrafo en la guerra. Sabemos con Sontag que el impacto de la fotografía está en pensar que nos muestra la realidad tal como es; pero el simple hecho de encuadrar la foto, es ya una manera de darle una visión a la realidad por parte del fotógrafo. Pero, más allá del plano técnico de la imagen ¿debe el fotógrafo tomar parte? Al respecto, en la película se argumenta que el beneficio de ser blanco, era el no tomar partido. Entonces, ¿cuál es el fin del fotógrafo en la guerra? En ese sentido, se hace hincapié en la búsqueda de dinero y de premios Pulitzer, e incluso en la parte final se afirma que si la guerra se acaba con las elecciones, los fotógrafos estarán jodidos; pero allí aparece el argumento de que guerras hay en cualquier lugar, es decir, que trabajo es lo que hay para un reportero de guerra. ¿Es entonces la práctica del fotógrafo bélico transparente? Tal vez no. Siempre hay un interés de la mano de la fotografía. Pero ello no implica que esas fotos sean el vehículo para visibilizar una parte de la realidad que muchos viven a diario, y que más allá de convertirnos en espectadores, nos convierta en individuos activos y reflexivos. Es así como, el cine retrata realidades. Tal es el caso de 'El abrazo de la serpiente", en donde se observa una narración propia. Narración indígena. Narración desde abajo, que cuenta con la experiencia del trabajo en comunidad.

    LUISA FERNANDA CALDERÓN SÁNCHEZ
    20121160141

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  7. La imagen que retrata el dolor humano, ha sido, ya desde hace años, cuestionada por sus intereses, alcances y fines. Es así como, la película “The Bang Bang Club”, toca un tema para muchos puntilloso, en donde se reflexiona sobre el papel del reportero gráfico en la guerra, en este caso, en Sudáfrica, lugar asediado por el colonialismo Inglés, en donde, entre 1948 y 1994 se generó el Apartheid racial. La película, muestra el paso entre el Apartheid y las primeras elecciones multirraciales realizadas en 1994, pues antes de ellos solo los blancos podían votar. Es allí donde cuatro fotógrafos –Greg, Kevin, Ken y Joao- se enfrentan con la realidad de la guerra e intentan retenerla por medio de las fotografías que pueden captar.
    Susan Sontag, en su extraordinario ensayo titulado “Ante el dolor de los demás”, genera una reflexión ardua sobre el papel de la fotografía que retrata la guerra en la sociedad mundial, pasando así por el papel de los reporteros gráficos. La cámara, al igual que las armas de fuego, es disparada. La fotografía, entonces, busca visibilizar los hechos violentos. Es así como, Kevin Carter en la entrevista radial que le hacen, responde que la fotografía asombrosa es aquella que te hace preguntarte sobre lo que sucede. Al respecto, Sontag sostiene que la imagen por sí misma puede ser sólo un espectáculo que responda a los intereses que en el pie de foto se le quiera imprimir; pero que esta, acompañada por una reflexión real, puede ser muy poderosa. En cuanto a los reporteros de guerra, Sontag afirma que
    “Los ciudadanos de la modernidad, los consumidores de la violencia como espectáculo, los adeptos a la proximidad sin riesgos, han sido instruidos para ser cínicos respecto de la posibilidad de la sinceridad. Algunas personas harán lo que esté a su alcance para evitar que las conmuevan. Qué fácil resulta, desde el sillón, lejos del peligro, sostener un talante de superioridad. De hecho, escarnecer el esfuerzo de quienes han sido testigos en zonas de conflicto calificándolo como ‘turismo bélico’ es un juicio tan recurrente que ha invadido el debate sobre la fotografía de guerra en cuanto profesión”
    En ese sentido, la reportería gráfica no puede ser ni defendida a cabalidad, ni humillada con tan lacerante rastrero. Ello nos recuerda la controversia retratada en la película, sobre la imagen que Kenvin Carter le toma a la niña asediada por el buitre. La exigencia de muchos por saber qué había pasado con la niña y qué había hecho Carter para ayudarla, nos hace preguntarnos por el papel del fotógrafo en la guerra. Sabemos con Sontag que el impacto de la fotografía está en pensar que nos muestra la realidad tal como es; pero el simple hecho de encuadrar la foto, es ya una manera de darle una visión a la realidad por parte del fotógrafo. Pero, más allá del plano técnico de la imagen ¿debe el fotógrafo tomar parte? Al respecto, en la película se argumenta que el beneficio de ser blanco, era el no tomar partido. Entonces, ¿cuál es el fin del fotógrafo en la guerra? En ese sentido, se hace hincapié en la búsqueda de dinero y de premios Pulitzer, e incluso en la parte final se afirma que si la guerra se acaba con las elecciones, los fotógrafos estarán jodidos; pero allí aparece el argumento de que guerras hay en cualquier lugar, es decir, que trabajo es lo que hay para un reportero de guerra. ¿Es entonces la práctica del fotógrafo bélico transparente? Tal vez no. Siempre hay un interés de la mano de la fotografía. Pero ello no implica que esas fotos sean el vehículo para visibilizar una parte de la realidad que muchos viven a diario, y que más allá de convertirnos en espectadores, nos convierta en individuos activos y reflexivos. Es así como, el cine retrata realidades. Tal es el caso de 'El abrazo de la serpiente", en donde se observa una narración propia. Narración indígena. Narración desde abajo, que cuenta con la experiencia del trabajo en comunidad.

    LUISA FERNANDA CALDERÓN SÁNCHEZ
    20121160141

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  8. Mil historias, un encuentro, varios mundos, es lo que define al cine. Es la experiencia que involucra las realidades humanas, sus vivencias, acortando las distancias por medio de la identificación de emociones, deseos, sufrimientos y pasiones. El cine es un puente. Conecta vidas, por medio de historias que cuentan cómo se vive en otro mundo o en otro tiempo diferente al nuestro.

    Así fue mi encuentro al rededor de esta experiencia de análisis, no solo con el desarrollo estructural de las producciones cinematográficas, el genio de varios directores, su realización o produccion, sino con la narrativa, que demuestra que no todo esta contado no todo esta filmado. Tal como lo afirma la última gran película colombiana El Abrazo de la Serpiente de Ciro Guerra, en ella se abre toda esta interpretación, gracias a la Colombia profunda que nos enseña, que nos hace volver al destierro pero también a la crudeza que deja el pasar del tiempo.

    Esta película, no solo reivindica la historia de la vida indígena y cultural de nuestros antepasados, sino su amor por el pulmón del mundo, la ausencia de prejuicios, odios, avaricia y consumo agobiante que destruye lo humano. Este film conecta la pretensión del investigador por el conocimiento de la tierra que estuvo y esta a nuestras espaldas, con el valor del chamán sabedor y transmisor de experiencia de vida y sacrifico.

    Es así como Karamakate nos devela el error “no era a mi pueblo a quien tenía que enseñarles, sino a ti” ... Al hombre blanco como reflejo del sacrificio de la tierra por el consumo sin sentido, también sobre la profunda sabiduría de las plantas y del fruto, mítico, sanador

    El Abrazo de la Serpiente nos hace pensar por quienes somos, y cuestiona cuantas vidas y cuanta riqueza natural, se extingue por la presencia de la mezquindad y por el paso no solo del hombre blanco, sino por el afán de posesión que tiene el hombre.

    Por otra parte, la película The Bang Bang Club de Steven Silver (2010), es otro ejemplo del cine como puente, en donde se encuentra la experiencia del fotógrafo de guerra, con la violencia y conflicto africano, que no dista de la historia de conflicto de los colombianos. La lucha del hombre contra el hombre, y el sentido del espectador, que más allá del éxito profesional, expone la realidad cruenta que pervive en otras latitudes.

    En suma, ambas películas son una excelente invitación a valorar el cine, no como un producto comercial del momento, sino como una construcción cultural que establece relaciones entre lo que nos hace humanos y nos lleva al encuentro de distintos mundos. El Abrazo de la Serpiente por su parte, nos llama a dejar el prejuicio de falta de calidad del cine colombiano, y nos invita a dejar la cultura de auto odio como lo indica Ciro Guerra, a valorar nuestras historias complejas y desconocidas, como producciones de alta calidad.

    Alejandra Gonzalez O.

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  9. Ciro Guerra
    El Abrazo de la Serpiente

    El abrazo de la serpiente es la primera película que se hace en treinta años en nuestro Amazonas, y según el mismo Ciro Guerra es una película hecha desde la perspectiva indigenista, que muestra la relación entre el conocimiento y la sabiduría de las tierras ancestrales de América y sus habitantes, y la relación entre el hombre occidental y su método cientificista de comprobarlo y de conocerlo todo.
    Esta película narra en un intervalo de 40 años, dos viajes. El viaje que hace un joven indio Cohuano llamado Karamakate, acompañando al germano Theodor Van Martius, quien interrumpe su viaje de investigación a causa de una extraña enfermedad de la selva, ¡¡el tipo está que se muere!!; Van Murtis le asegura a Karamakate conocer algunos viejos indios Payés, de su pueblo, por lo cual este decide buscar la "Yacruna" y curar su enfermedad, sin embargo, al final del viaje el joven cohuano se da cuenta que el hombre blanco y sus atroces deseos de poseerlo todo, traería el infierno a sus tierras, decide negar la planta ancestral de los suyos a Van Martius, y quemarla frente a él y el joven indio que lo acompañaba, dejándolo morir.
    Cuarenta años más tarde, el mismo Karamakate, decide acompañar esta vez al etnobotánico americano Evans, quien le asegura ir en búsqueda de la "Yacruna", motivado por algunas de las conclusiones que dejó en sus textos Van Murtius. Él, que se ve a sí mismo convertido en un "Chullachaqui" acompaña a Evans en un último intento por encontrar la "Yacruna" y escuchar nuevamente a la selva; y así, enseñarle a soñar al hombre blanco, y con ello, abrir el camino a la flor ancestral de los cohuanos por última vez.
    Al escuchar Karamakate la música que mantenía a Evans apegado de lo suyo, a su memoria; se dio cuenta que el hombre blanco ya sabía soñar, y pese a descubrir el engaño de Evans, que resultaría más interesado en las propiedades que brinda al caucho, la "Yacruna", que por las expediciones de van Murtius, decide compartir con él la última "Yacruna" que se muestra al hombre.
    Uno de los atractivos de este film es que no reconstruye a los personajes, sino que intenta compactar una semejanza muy directa entre quien representa el actor y quien lo actúa; lo mismo ocurre con la locación, se recrean en ambientes naturales de los personajes que están en la historia. Narrada desde la mira del indio, el abrazo de la serpiente es el reto por la supervivencia de la humanidad.
    De dichos viajes se encuentra transversalmente la idea de enseñar al hombre blanco el valor del conocimiento indígena, y lo importante de conservar una relación armoniosa con la naturaleza. Como última esperanza, a un intento desesperado de mostrarle al hombre su lugar en el mundo frente a la naturaleza, el universo y el cosmos; y su capacidad de autoconciencia.
    En lo personal, creo que es un gran intento por motivar desde el cine a una actitud reflexiva frente al mundo. La historia es atractiva, porque los relatos ancestrales que la componen atraen al espectador y sin duda por lo profesional del cine de Ciro Guerra. También es una bella pieza en sí misma, porque representa un diálogo del hombre con el mundo, y porque mantiene vigente la riqueza del paisaje natural desconocido aún para muchos colombianos.

    Ángelo David Rodríguez Murillo
    20122160131

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  10. Stiven Silver
    “The Bang Bang Club”.

    “The Bang Bang Club” lo conformaron Greg Marinovich, Ken Oestenbroek, Joao Silva y Kevin Carter. En esta película de Stiven Silver se relatan algunas de las hazañas logradas por este famoso grupo de reporteros gráficos, que con sus fotografías, hicieron explícita la violencia y la crueldad con la que se vivió la guerra civil en Sudáfrica durante los años del "Apartheid" de 1990 a 1994 con las primeras elecciones democráticas de ese 27 de Abril de 1994.

    Un aspecto interesante que se menciona en esta película, es el lugar de la ética y la moral humana en la labor profesional de un reportero de guerra, ¿es deber del periodista de guerra involucrarse en la labor humanitaria de auxiliar a los otros? en la película aunque no se desarrolla esta pregunta, es mencionada y expuesta en varios momentos; así como se dejó reseñado también, la familiaridad con la que se desenvuelve el trabajo de un reportero gráfico, en relación con sus compañeros, su mundo personal, sus dificultades más íntimas y su escenario profesional.

    Interesado en relatar no sólo la vida profesional de un reportero de guerra, Silver reseña en sus personajes los recuerdos de dichas masacres, que quedaron grabadas en sus mentes como imágenes que son reveladas por el lente de una cámara cuando se toma una fotografía y que sin pensarlo dejan efectos imborrables, incluso pueden concluir en suicidio.

    En general esta película interesa porque permite que la historia fluya por sí sola, el relato biográfico de un grupo de reporteros que dejaron con su trabajo reseñada a la humanidad toda una época de crueldad y barbarie, toda una vida de trabajo al servicio de la información y la verdad, les mereció galardones que el cine les supo otorgar. En mi opinión es una gran película, retrata sin duda la difícil tarea de entrar en el campo de batalla para llevar al mundo la verdad y nos muestra una vez más lo mal valorada que es esta dura tarea de informar.

    Ángelo David Rodríguez Murillo
    20122160131.

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  11. El presente comentario sobre las películas “El abrazo de la serpiente” y “Bam Bam Club” se desarrolla de la siguiente manera: primero, un acercamiento a cada una de las películas; y segundo, la mención de los elementos similares entre los filmes.
    La película colombiana “El abrazo de la serpiente” es un llamado a conocer la espiritualidad, pues se vivencia a través de las imágenes (selva, ríos) y la historia de los personajes (indígenas, antropólogos); todos aquellos aspectos esenciales para los pueblos indígenas como lo son: las tradiciones, los ritos, las costumbres, la lengua y la forma de relacionarse con los otros y el universo. Además de ello, este filme hace posible el acercamiento a diversas problemáticas que viven las comunidades indígenas entre ellas: una visión de la cristianización como forma de ayudar, pero en la continua búsqueda de cerrar la puerta a las tradiciones nativas; segundo, la devastación causada por la explotación del caucho tanto en la naturaleza como en los seres humanos; tercero, la ruptura de fronteras dadas por los grupos armados, pues no hay lugar donde esconderse del lenguaje de las armas, la violencia y la muerte. Cuarto punto, la memoria, siendo éste el papel cumplido por el personaje principal, el indígena, quien después de perder a su familia, ser adoptado y adoctrinado por los monjes; siempre recuerda sus raíces ancestrales, rememora esos momentos de la comunidad indígena y sus vínculos con la naturaleza, con lo cual, respetarla, escucharla y no explotarla.
    La película “Bam Bam Club” plantea el dilema del trabajo fotográfico; por un lado, los fotografías (tomadas por los fotógrafos de guerra) permite al mundo conocer lo que ocurre en otras partes, las situaciones de violencia, la hambruna, la pobreza, entre otras; y por otro lado, se cuestiona el papel ético del fotógrafo, que en búsqueda de una buena toma, se olvida de la tragedia vivida por esos seres humanos; de esa manera, el fotógrafo se aprovecha y recibe reconocimientos por el sufrimiento del otro. Siendo lo anterior, una de las cuestiones dadas en la película, también se evidencia la fragilidad humana, en ese caso de los fotógrafos, pues ellos son alcanzados por la balas, los recuerdos de la violencia o actos inhumanos perduran en su memoria, persiguiéndolos en los sueños y la realidad. Por tal razón, al realizar el trabajo de fotógrafos, no logran despegarse de aquellos que los unen como humanos, la vida, el amor, el miedo, la alegría o tristeza.
    El anterior acercamiento a las películas permite mencionar tres elementos similares; en primer lugar, los personajes principales de cada filme representa la memoria; por un lado, el indígena que se resiste a olvidar sus tradiciones y trata de ser la memoria de su pueblo; y por otro lado, los fotógrafos, pues a través de sus fotografías de los sucesos ocurridos al interior de una comunidad, pueblo o país; se pretenden que la imagen perdure en la memoria, pues de esa forma, no se repiten estos sucesos tan trágicos para la humanidad. En segundo lugar, se denota en las películas, la intervención de agentes externos, como lo son: los antropólogos, que llegan a las comunidades indígenas para conocer y narrar en sus libros las tradiciones, costumbres o avances de estos pueblos; sin embargo, la llegada de este agente no genera ningún tipo de cambio en las concepciones de aquellos que violentan la naturaleza y a sus hijos; el segundo agente son los fotógrafos, que desconocen el conflicto de la comunidad y van a la caza de la mejor fotografía, con lo que no se genera ningún tipo de cambio dentro del grupo, sino se expone para el mundo aquellas problemáticas. En tercer lugar, en estas dos películas se plantea la posibilidad de transformar el pensamiento de la humanidad, es decir, una búsqueda constante por el cambio, en el cual, se respete al otro y se reconozca la diferencia.

    Nancy Liliana Chaves Barbosa
    20101160077

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  12. La reflexión sobre el cine contemporáneo se cierra con la lectura de dos obras fílmicas cargadas de una mirada interesante sobre los relatos de la humanidad: The Bang Bang Club y El Abrazo de la Serpiente. Ambas piezas ofrecen una visión diferente y particular de la historia oficial, de la complejidad de las subjetividades en medio de la violencia, la discriminación racial y el usufructo de los valores culturales y las tragedias sociales.

    The Bang Bang Club (2010) se encargará de situarnos en un escenario eminentemente de violencia racial en África en tiempos del Apartheid. Sin embargo, el foco de interés de la historia no será tanto las víctimas ni los bandos de la guerra, ni las figuras políticas; el foco del relato –y desde donde se podrá comprender una realidad de este escenario- es el de los fotógrafos o el grupo de prensa “The Ban Bang club”, que tendrá un reconocimiento mundial, por poner en el papel fotográfico el testimonio más crudo y vivencial de la guerra de razas en este continente. No se tratará de establecer un panorama histórico, sino el de adentrar al espectador en la interioridad de los personajes como Kevin Carter y Greg Marinovich, los cuales llevan al límite de la temeridad sus propósitos, en busca de un reconocimiento y prestigio. La cinta evidencia los dilemas morales a los que se enfrentan humanamente estos personajes, donde el respeto por la intimidad del ser humano en los últimos segundos de su vida; la dignidad del cuerpo en la muerte trágica, son objeto de explotación y espectacularización en los medios internacionales. Las preguntas reiterativas, tendrán relación con el por qué estos fotógrafos no muestran un rostro humano ante los protagonistas de sus fotografías; por qué no brindan una ayuda a quién está padeciendo; por qué no sienten el dolor de congénere; por qué dejan de ser humanos ellos mismos al cumplir con una toma perfecta. La cinta, deja en el espectador, la reflexión por cuando dejamos de ser humanos, al someter la dignidad del otro para conseguir unos fines hedonistas.

    El Abrazo de la serpiente (2015) plantea un escenario diferente al anterior, pero que se inscribe en la reflexión sobre las huellas ancestrales de una cultura otra. El viaje de dos científicos occidentales por la selva amazónica en busca de una planta curativa, se convierte para el espectador, en el viaje por la búsqueda de sentido del pasado, de la existencia misma y del valor de la otredad, en este caso, las culturas indígenas de Colombia y el Amazonas. Los imaginarios que se construyen alrededor del indígena, el científico, el colombiano y el clérigo, plantean una diversidad de perspectivas frente al mismo hecho: La situación de los indígenas en la época de explotación del caucho, la época de evangelización y de violencia. Este viaje, permite al espectador abrir la mirada y perspectiva de una conciencia diferente de la naturaleza, de la existencia y de lo inmaterial. Proyecta no sólo el primer encuentro con la visión de las culturas indígenas colombianas sobre lo humano y la vida, sino que también permite cuestionar y juzgar la manera en que el imaginario de estas culturas ha sido relegado y menospreciado; ha sido utilizado no como otra voz que construye al género humano, sino una voz distante y mágica, que no entra en relación ni importancia frente a los parámetros y consideraciones científicas y materiales de la vida. La reflexión final recae nuevamente en lo humano, en el género humano cuando no es capaz de reconocer y dejarse abrazar por las miradas de la otredad, sino que va en busca de lo que se puede explotar de ella.

    Estefanía Rubiano Salamanca 20101160037

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  13. “La otredad es la revelación de la pérdida de la unidad del ser del hombre, de la escisión primordial.” Paz Octavio.

    La bala fulminante apuntaba directo al mártir como si fuese el flash de aquella cámara que a tantos de ellos había capturado justo antes de caer contra el suelo que los vio crecer, aquel suelo encharcado de lágrimas, dolor y sangre, aquel suelo de guerra, de fuego y rabia contenida donde miles de pies descalzos danzaron entre cánticos y arengas previo a la batalla campal, pues en aquel suelo centelleaba la arena y el sonido de los machetes contra él, los mismos que zumbaban en el aire quebrándolo en dos llevados por la fuerza avasalladora que sólo tiene la convicción, pues allí primaba la rabia como símbolo de acción.

    La batalla campal había comenzado y el ambiente se volvía absorto y pesado, las multitudes se fundieron para hacer venidera la muerte, unos corrían, se escabullían, chillaban, gritaban, morían… y el flash seguía disparando imágenes al recuerdo doloroso y eterno del que sería imposible huir, los cuerpos caían y la sangre se enfriaba, pues todo de cierta manera se naturalizaba, y abría una grieta cada vez más profunda entre la realidad y sus sentimientos, las lágrimas en él se contenían mientras todo convulsionaba y se desplomaba ante sus ojos, aquellos ojos que con cada parpadeo centelleaba un flash de nuevo al recuerdo a la denuncia ante el mundo ciego.

    Y era un juego, un juego con la muerte, un juego que atrapa y no comprende, no escatima, distancia, repudia la vida, la existencia del otro, de sí mismo dejando finalmente que el peso te ponga de rodillas ante el mundo, el mismo que rompió el silencio interno e hizo que brotara a borbollones el dolor en forma de lágrimas, gotas sinceras de dolor que caerían sobre aquel suelo, sobre aquel territorio sagrado que vibra por la energía y el dolor de quienes lo habitan, el mismo que sufre y agoniza, pues la madre tierra reclama, y da de sí todo cuanto puede, sólo ella es capaz de encargarse de devolver el aleteo incluso a quien no se creía ave y en tierras Colombianas forja un mundo mágico con idiomas distintos pero no tan distantes, que llenan con destellos de luz a quien creía traer la soga al cuello a quien cargó el peso del voluntarismo a costa de la otredad, inmiscuyéndose en un territorio ajeno en busca de lo sagrado, pues más allá de la creación rompió la sensación de lo mítico lo mágico, y la brecha se abrió de nuevo ante éste nuevo ser que supo dividir la realidad de su propio ser, sin tomar aquellas vidas demasiado enserio. Finalmente vale la pena preguntar ¿Dónde queda la otredad?.

    Karen González Aguirre
    20102160001

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  14. Dos magníficas historias contadas en la pantalla, historia de resistencia, de sabiduría, trascendencia, de recuerdos, miedos; anécdotas que nos acercan a la muerte y al verla tan cerca nos invitan a apreciar la vida, a valorar la presencia del otro, a ver la estupidez de la masa que olvida contemplar al hombre, como hijo de la naturaleza. Dos épocas diferentes, pero que cuestionan al espectador sobre su forma de proceder y de entender la vida en la época actual.

    El abrazo de la serpiente narra la historia de diferente tipos de viajeros, en un primer momento aquel par de científicos blancos que buscar una planta específica para curar su enfermedad, llega a la ancestral tierra amazónica, donde más que una búsqueda, realizan un encuentro con su sangre, con los antepasados y la sabiduría que alberga la naturaleza, más que buscar la cura a la enfermedad, encuentran la cura a sus miedos; aprenden de un indígena a escuchar más allá de las palabras, aprender a interiorizar historias, a ser parte del medio que los rodea. Todo esto tiene lugar en la guerra que se da en torno al caucho, a la violencia que el hombre blanco origina cuando se cree dueño de la tierra y la empieza a dañar, donde el hombre por dinero deja de reconocer la importancia de la naturaleza.

    El abrazo de la serpiente muestra una nueva cara de la selva Amazónica una perspectiva distinta a la acostumbra en el cine, una donde la naturaleza esta posee magia, belleza, sabiduría, fuerza, y utilidad; una obra basado en una idealización onírica que permite apreciar lo propio, una puesta en escena mágica con una invitación constante a cuestionarse sobre el valor que se le asigna a las culturas indígenas colombianas, durante todo el filme es necesario cuestionarnos como humanos, a apreciar la naturaleza a respetarla, a dejar de ver solo al colombiano citadino como el civilizado e importante, es necesario reconocer que del indígena es la tierra por que él la trabaja y la respeta, porque son ellos los que defienden sus tradiciones y luchan a diario para que sean preservadas y no desaparecer en el tiempo.

    El Club del Bang Bang más que contarnos la historia de Sudáfrica en la época del Apartheid, es la historia de los reporteros gráficos que han estado en las diferentes guerras, es hombre que detrás de la lente de una cámara disparan junto a los guerreros. En este caso el nombre se debe a cuatro fotógrafos (Kevin Carter, Greg Marinovich, Ken Oosterbroek y Joao Silva) la historia es contada a través de los ojos de Greg, pero más que relatar lo que ocurría cuando disparaban el obturador se quiere contar la vida de cuatro personas que a pesar de compartir profesión tenían una vida y experiencias propias fuera del campo de guerra.
    Más que un relato de una guerra con historias desgarradoras es justo pensar que ellos no son inmunes al dolor, a la rabia, al miedo y amargura que cada uno de esos retratos despertó en la sociedad, es justo entender que aquello que captura la cámara también lo capturan sus memorias imágenes que se graban en la mente e interrumpen los sueños en medio de la noche.

    El club realmente nunca existió, no existió lo que se conoce como una hermandad o fraternidad exclusiva pero estos cuatro sujetos si crearon vínculos por su profesión, cuatro hombres que resistieron juntos los vejámenes de la guerra que a cada uno le correspondió, cuatro hombres que le dieron rostro a cientos de historias, hombres que le mostraron a la sociedad la realidad de lo que sucedía en la otra esquina del mundo mientras ellos estaban sentados cómodamente en un sillón.
    El club del Bang Bang es una historia de amistad, de recuerdos, desafíos, anécdotas, amargura y verdad contada a través de imágenes grabadas en la mente de los reporteros y plasmadas en la película.

    Marisol Daza A.
    20141160056

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  15. El cine permite dar otra mirada a lo que acontece en el mundo, los cineastas se sumergen en las culturas que han sido olvidadas, abandonadas, rechazadas, muchas veces de ellas sólo se sustrae la información que ellos brindan, más no se les aporta nada, no obstante en las películas Bang Bang Club de Steven Silver y El abrazo de la Serpiente de Ciro Guerra, permiten mostrar la otra versión de la historia, dar a los nativos la palabra para que ellos narren sus tradiciones, en Bang Bang Club, se hace a través de los fotógrafos, que con sus cámaras retratan lo que tuvieron que vivir los africanos durante el Apartheid y en El Abrazo de la serpiente, por medio del indígena Karamakate, quien defiende su cultura, acepta lo que traen los blancos, más no deja que se pierdan sus tradiciones. En los dos filmes se puede evidenciar la desesperación y el salvajismo humanos en los conflictos bélicos, donde el hermano se vuelve contra el hermano y que se haya cometido algún crimen importa poco, pues nacer miembro de una etnia rival ya es el mayor pecado que se puede cometer.

    La fotografía es de resaltar en las películas, es a través de estas que se retrata la realidad desde un punto de vista muy vivo y humano, destacando detalles impactantes y situándose en primera línea de batalla para conseguir las instantáneas más impresionantes y que reflejen con más viveza el hecho.

    En Bang Bang Club, el fotógrafo Marinovich expresa que su forma de luchar no es con armas de fuego, sino plasmando el sufrimiento humano para así intentar concientizar al resto del mundo. Así mismo en El abrazo de la serpiente, la fotografía es una forma de mostrarle al resto de mundo el Amazonas, la cultura de los indígenas sus tradiciones, costumbres, ese conflicto cultural que ha llevado a la extinción de muchas culturas indígenas; la imagen queda grabada para siempre, es decir se inmortalizan los momentos más importantes de la historia. No obstante, a veces la fotografía puede ser un ‘chullachaqui’: un ser vacío, privado de emociones o recuerdos, como menciona Karamakate. Por otra parte, el fotógrafo no debe quedarse con el discurso de la opinión pública, los grandes medios o el gobierno sobre un acontecimiento, sino que tiene que conocer y representar distintas versiones, historias diferentes.

    Finalmente lo que se logra con las películas es hacer pensar, sobre lo que acontece alrededor, el recuperar esa memoria de lo ancestral no dejar que se extingan las culturas, es lograr concientizar a la sociedad sobre un hecho por medio de una imagen, es atreverse a contar una historia.

    Mayra Katherine Acuña Sánchez
    20101160016

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  18. Bang Bang Club

    La fotografía como registro fiel del caos social presenta en la absoluta inmovilidad la nefasta realidad, evidencia rentable que ostenta el poder de la verdad. La imagen, contenido perturbador; el fotógrafo, personaje que adormece tras la búsqueda del mejor encuadre, su compasión; la cámara, el instrumento del testimonio.

    Alimentación del morbo del espectador, captura insensible de lo trágico, crónica visual, evocación del relato, ilustración de lo escrito, material legitimo del acontecer, dinero, reconocimiento. La fotografía, espectáculo de la violencia; la fotografía referente icono comunicador, texto, posibilidad de documentar un hecho, experiencia visual. La fotografía informa, contiene un valor estético, pertenece a un texto, tomar una foto es finalmente la acción sin opciones. "o había nada que pudiese hacer a excepción de sacar una foto".

    El abrazo de la serpiente

    “La zona colonial es, par Excellence, el reino de las creencias y comportamientos incomprensibles, los cuales de ningún modo pueden ser considerados conocimientos”Boaventura de Sousa Santos

    Como recuerdo histórico - inolvidable, aparece la evocación de los procesos de dominación, el sistema capitalista que ambiciona sin responsabilidad, que niega el valor de la preservación, que adjetiva al otro para legitimar su poder. Ciro Guerra rememora el devenir histórico de atropellos y muertes desde las relaciones de poder reproducidas, en donde la prioridad es orientada por la mirada codiciosa que jerarquiza hasta el mundo espiritual, destruyendo y despojando al otro de sí.

    El predominio del pensamiento colonial - occidental gestante de la hegemonía monocultural, la desestimación del otro y el despojo de culturas conduce a codiciar hasta apropiarse de la epistemología otra, cuyo valor problematiza la concepción instrumental frente al sentido cosmológico de respeto, cuidado y conservación. La comunidad indígena en este caso, es objetivo del capitalismo desde la extracción de recursos naturales pertenecientes a su tierra, pero es además llevado a renunciar a su visión de mundo bajo el fundamento de su condición natural de inferioridad.

    “En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista” Anibal Quijano

    Maribel Martínez R. 20101160055

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  19. La película “El abrazo de la serpiente” del director Ciro Guerra y la película “The Bang Bang Club” de Steven Silver son dos piezas que entregan al espectador dos visiones de cosmologías de mundo; la primera visibiliza la cultura de los indígenas que viven en el Amazonas y su relación con la selva - sus plantas sagradas -, además de las masacres que tuvieron que sobrevivir los aborígenes tras la época de la fiebre del caucho ; la segunda a dos grupos y culturas entrelazadas y enfrentadas en una guerra civil en Sudán (África) por motivos políticos, en la época de la votación en masa por la libertad. Son la invitación a su ser mismo, al color de su piel, a sus vestidos, sus cantos, sus ritos, sus creencias, sus duelos y sus esperanzas.
    Por lo tanto, es una mirada desde dentro de las mismas comunidades y grupos puesto que el director del Abrazo de la Serpiente realiza todo un despliegue fotográfico - en blanco y negro - para contar la historia como lo haría un etnógrafo (desde su propia óptica, desde su propia narrativa), en este caso, como si fuera el diario de Theodor Koch-Grünberg y de Richard Evans Schultes, así mismo, desde la óptica del chamán convocando a un viaje desde y con el espíritu, éste ermitaño, que les enseñará sobre un mundo más allá del que conocen, del que creen como real y único, un mundo de sueños donde se reconocerá el abrazo de la serpiente, como una forma de contemplación del corazón de la selva y de ellos mismos.
    Paralelamente en The Bang Bang Club la fotografía es protagonista, pero en este caso, las imágenes aunque ganen premios, muevan pasiones y convoquen a que el mundo no de más la espalda ante los acontecimientos. El que se supone, narra la historia, “el fotógrafo” aunque trate de narrar el punto de vista de las personas y comunidades en las fotografías o intente interceder como en el caso de Greg, es influenciado por Kevin – el fotógrafo de la tan afamada y lamentable foto de la niña africana agonizante, la cual, es seguida de cerca por un buitre que espera su muerte – el cual aboga por una narración de mundo volcada hacia el dinero, hacia la fama y no una herramienta hacia el cambio puesto que es muy tarde cuando cae en cuenta que su participación no era silenciosa y por lo tanto decide la fecha de su muerte cuando le preguntaron ¿Qué pasó después con la niña?...

    Diana M. Rodríguez A.

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  20. Dos magníficas obras que dejan una huella en la historia, The Bang Bang Club y el abrazo de la serpiente historias llenas de enriquecimiento cultural y aporte a la humanidad.
    La película The Bang Bang Club nos muestra la historia de cuatro periodistas que arriesgaban su vida para tomar evidencias y fotografiar la entonces guerra que se vivía en Sudáfrica , una de las grandes cosas que vemos es que siempre prevalece el compañerismo entre ellos, manteniéndose juntos con el mismo de fin, el de sacar los mejores reportes. Más que sus reportes es toda una obra el de arriesgarse a diario en medio de la lucha que se vivía para que quedara reflejada la verdad en sus fotografías. Estas impactantes imágenes que mantenían informados a la gente los llevo a denominarse los Bang Bang Paparazzi, esta última palabra siendo de rechazo para ellos puesto que su objetivo nunca ha sido gozarse en el chisme y el dolor ajeno de la vida de los demás sino precisamente reflejar la historia que se vive siendo ellos todos unos protagonistas de arriesgarse para mostrar al mundo su trabajo. Pienso que en este filme lo que intentan hacer ellos es mostrarnos como con una cámara el sufrimiento y el dolor de los otros para de este modo concientizarnos, la violencia es algo que se padece a diario y abolirla debería ser la causa de todos.
    Por otro lado tenemos la película el abrazo de la serpiente, una película dirigida por Ciro Guerra quien siempre se ha destacado por recoger nuestras raíces y contar el otro lado de la historia. La película nos muestra la lucha de los indígenas por mantener sus raíces en primer lugar durante la época de la “cauchería” que desato una guerra colombo-peruana situada en la amazonia donde murieron miles de indígenas y con ella culturas enteras que se perdieron en la historia, así pues nos cuentan la historia de Karamakate un indígena sobreviviente de esta masacre perteneciente a la comunidad indígena de los cohiguanos el cual se crío solo en la selva, él se encuentra con un científico llamado Theo ( Theodor van Matius) el cual se encontraba muy enfermo y va en busca de la planta sagrada Yakruna la cual cura todas las enfermedades, él le pide a Karamakate que lo ayude a encontrarla y emprenden el viaje junto con Manduca otro indígena fiel a Theo quien lo salvo de las caucheras, así pues inician su viaje, en el cual tiene ciertas prohibiciones por el indígena el cual les pide guardar su tradición (No comer pescado hasta la lluvia, no cortar árboles, no tener sexo hasta el cambio de la luna). La película se sitúa en paralelo a 40 años después en el cual aparece otro científico Evan que va en busca de la planta motivo de las lecturas que quedaron recopiladas por Theo, este se encuentra con Karamakate quien asegura haber olvidado todo, y se lamenta por no poder recordar el regalo de los dioses y hasta haber olvidado como hacer el mambe, Evan le dice que nunca ha soñado ni dormido ni despierto y necesita de la planta, Karamakate acepta pero dice que son sus sueños quien los guiaran. De este modo la película nos ofrece varios panoramas, fotografías, y propuestas de comunidades que recorren para llegar a su destino.

    Karenth Tejada Rivera
    20132160030

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  21. Continuando con ello,quiero resaltar que personalmente me impactarón dos escenarios en la película, el primero cuando visitan con Theo una comunidad indígena y su líder Tuschaua roba la brújula de él, este se enoja y quiere quitársela pero ellos no lo permiten y quieren realizar intercambio, manduca le dice que se las deje, pero él les reclama en este fragmento Karamakate dice: los blancos siempre apegados a sus cosas, y este le responde que no es por eso, que el sistema de los indígenas siempre se ha basado en las estrellas y el viento y si les permite conservar su brújula ellos aprenderán y perderán sus tradiciones, Karamakate le responde que quien es él para impedir que otros aprendan, que precisamente para ello es el conocimiento y que este es de todos. La segunda escena que más me impacta es cuando llegan al refugio San Antonio de Paula- Vaupés allí se encuentran con varios de niños de una comunidad cuando este le pregunta a uno su nombre primero responde con su lengua nativa y enseguida otro niño le reprende y le dice que está prohibido que él se llame así, así que habla en castellano. Se acercan allí y se encuentran con un sacerdote el cual les prohíbe a los niños hablar su lengua y los está “evangelizando” cuando ellos hablan su lengua les dice que es un lenguaje del demonio y los reprende, los golpea y los violenta. Karamakate aprovecha un momento para hablarles les dice a los niños que no pierdan sus tradiciones, que no le crean a los blancos, que no olviden sus canciones y el respeto por sus culturas. Finalmente en el viaje llegan y encuentran la yakruna con Theo pero Karamakate al ver en lo que esta convertido su comunidad y ver el mal uso que le están dando a la Yakruna se llena de motivos y culpa a los blancos quemando así el árbol de donde proviene. Theo nunca vuelve de su viaje, muere allí y es manduca quien recoge todos sus aportes, escritos y pruebas los cuales envía a Alemania y allí se recopila la información. Por otro lado 40 años después Evan aprende a soñar llevando así a Karamakate a encontrar la Yakruna el recuerda que la quemo, aun sobrevive una pequeña parte de la planta, Evan se la quiere llevar pero este no lo permite, y se la da a beber y le dice que lleve más de lo que le pidieron Los estadounidenses que lleve una canción de un hombre entero y declara como un Cohiuano. Al final de la película nos enseñan que este es dedicado a todos los pueblos que perecieron y que cuya canción nunca conoceremos es la serpiente y su abrazo el que lo llevara a lugares lejanos donde no existe la tierra, ni siquiera el embrión. Su sentido siempre fue el de enseñar a los blancos para que aprendieran y valoraran la selva, si ellos aprendían sería el fin, creo que así es nunca hemos aprendido y al contrario hemos dañado todo.

    Karenth Tejada Rivera
    20132160030

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  24. El abrazo de la serpiente es una película que rescata toda una cosmovisión de un pueblo indígena que sufre problemáticas sociales y ecológicas, en el choque de culturas con el descubrimiento de como lo denominaron los europeos el nuevo mundo.
    Esta película narra la historia de una indígena "Karamakate" el cuyaul le ayuda a dos etnografos en diferentes tiempos con su expedición para encontrar plantas medicinales, es una película que se sale de las temáticas acostumbradas de los que hacen cine el Colombia, es otra forma de ver y asumir nuestra sociedad, una nueva mirada hacia nuestra tradición indígena tan importante es nuestra construcción que hemos, hasta ahora hecho de sociedad . Esta película resignifica el poder y la importancia de nuestras comunidades ancestrales, además de tener una visión muy critica acerca del adoctrinamiento de nuestras comunidades, también sobresalen los escenarios naturales, paisajes maravillosos que transportan al lector de cine. a estos mundos mágicos de las comunidades indígenas,lugares como la serranía del Perijá, El Darien, el río amazonas, jaguares, anacondas hacen parte de este paisaje maravillosos.
    Es una película que resultaría muy útil para ver en las aulas de clase, reconociendo la importancia de las enseñanzas y la historia de nuestras comunidades ancestrales.

    Miguel Ariza
    20102160034

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  25. El abrazo de la serpiente y The Bang Bang Club.

    El abrazo de la serpiente, es una producción colombiana guiada por el director colombiano Ciro Alfonso Guerra, ésta se puede denominar como una propuesta de enfoque misterioso, fantástico y de aventura que gira en torno a una cosmovisión espiritual propia de los pueblos indígenas de la Amazonía y el choque que se presenta con la cultura de occidente, se hace bastamente representativo de estas tribus, en aspectos tales como: religión, la producción del caucho y la presencia de científicos que usurparon la tierra, la cultura y las costumbres con el fin de descubrir los secretos de las plantas propias del amazonas.
    El escenario en el que se presenta esta propuesta de cine es una selva colombiana y sus legendarios ríos, siendo tomados por ser una zona característica del territorio colombiano; las personas de esta zona posibilitaron la realidad de la historia que se basaba con plena claridad en la colonización; donde actuaban sujetos con la firme intensión de “salvar indios” de la que ellos consideraban herejía, que era llamada así por las extrañas costumbres, como: ritos y lenguas inentendibles para los colonizadores.
    Se comprende lo cruel, en un contexto de esclavización por la urgencia de los colonizadores por cumplir la demanda de caucho, que era el material que los indígenas trabajaban, pero que al parecer ya no para su uso propio sino para el comercio al que dieron paso los españoles; la tortura también está presente, y el asesinato también tuvo su actuación.

    Lo interesante de esta película, es la manera en la que el director Ciro Guerra exalta de manera sutil y sublime, la otra cara de aquello que consideramos como la alteridad, lo nativo, lo ajeno o lo extraño.

    El indígena es mostrado de manera lúcida y hasta poética. En primer lugar, por la manera en que se muestra la relación entre aquello que se considera como lo salvaje y civilizado. La película permite que el espectador se aproxime a la noción mística y sagrada de una planta que alberga mitos y todo un sistema social, político y cultural que irrumpe con la noción de Occidente.

    Por otra parte, está la propuesta fílmica The Bang Bang Club que está basada en la verdadera historia de cuatro fotógrafos: Greg Marinovich, Joao Silva, Kevin Carter y Ken-Oosterbroek quienes son muy amigos y están unidos en pro de su sentido de propósito de decir la verdad. En 1994, ellos se aventuraron para decir al mundo de la brutalidad y la violencia asociada con las primeras elecciones libres en post-apartheid de Sudáfrica, y se expusieron la situación de un país a la comunidad internacional a través de su valor en el combate y la ganadora del premio Pulitzer fotoperiodismo. Este intenso periodo de guerra civil produjo su mejor trabajo, pero costó un alto precio, como la dedicación y voluntad de empujar los límites de la ética periodística provocados tanto mayores sus logros profesionales y también sus más profundas tragedias personales valiente del grupo. Está basado en el libro titulado de la misma manera.

    Leidi Rocío Vaca Suárez. 20102160063.

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  26. En medio de la majestuosidad de la imponente Amazonía, de los cantos y rituales ancestrales, de los elementos originarios de la vida y de formas otras de ser, ver y hacer en el mundo, algo resulta evidente en El abrazo de la serpiente, algo más allá de la reivindicación, de la resistencia y el dolor de un pueblo históricamente vulnerado, maltratado e invisibilizado: Ya no asistimos al Amazonas de cientos de años atrás y tampoco, encontramos en él la misma comunidad que históricamente lo ha habitado.

    Es incuestionable la riqueza ancestral de nuestros pueblos originarios, la cual, se esfuerza por exaltar y dar a re-conocer Ciro Guerra a los espectadores, sin embargo, diversos elementos de la película nos mostrarán el rompimiento del ideal de una “cultura pura”, para reconocer el encuentro de dos mundos históricamente considerados como antagonistas.

    La imagen de integrantes de la comunidad tratando de rescatar a niños y niñas de los centros de evangelización; el impacto simbólico que produce la esperanza de regresar al origen, trastocada por el encuentro con una comunidad completamente transformada –imagen representada en el traje ancestral de plumas que es vomitado por un integrante de la comunidad embriagado-; la brújula que el occidental ve como posibilidad de desdibujamiento y olvido de los saberes ancestrales (ubicación dada por el viento y las estrellas) y la comunidad indígena considera como imposibilidad proporcionada por el blanco para aprender; la muerte simbólica dada a la cultura al arrancar la última planta sagrada, ante el desencanto de haber pretendido encontrar un origen ya inexistente; entre otros elementos, fungen como representaciones que ponen en evidencia la incuestionable transformación cultural por la que han tenido que pasar los pueblos indígenas históricamente.

    No en vano, gran parte de la película se desarrolla en medio del río, centro que divide las fronteras de los territorios de Venezuela, Colombia y Brasil, más allá de confines geográficos, linderos identitarios. Es de resaltar que la imagen que plasma Guerra no es la del indígena vencido, conmiserado y victimizado, sino de aquel que históricamente, sin dejar de lado su cultura, se ha visto envuelto en la hibridación. En esta película la cultura aparece como prótesis, en tanto instaura una nueva parte en un cuerpo que históricamente ha cultivado su composición.

    En el caso de The Bang Bang Club, los espectadores asistimos a un encuentro con la adrenalina, un juego con la muerte, la espectacularización del cuerpo muerto y el dilema moral que confronta la fragilidad humana y el prestigio. Un grupo de cuatro periodistas de guerra que se dan a la tarea de capturar las imágenes más atroces derivadas de las múltiples violencias presenciadas en África, con el fin de obtener dinero y reconocimiento, no sólo tendrán que enfrentarse al peligro de ser capturados o impactados por un arma de fuego, sino también, se verán perseguidos y atemorizados por un mecanismo aún más poderoso y recalcitrante: su propia consciencia.

    Aquellas capturas que inicialmente parecían despreocupadas de la realidad y garantes de una estabilidad y prestigio profesionales, se convertirían para los personajes en mecanismos de alerta para aquello que ni la fama ni el dinero pueden comprar: la humanidad. El encuentro con la muerte de un menor y el dolor de su familia, el cuestionamiento frente al papel del periodista en medio de situaciones de contingencia, sufrir la fragilidad ante la muerte de un compañero, entre otros elementos, suscitarán diversos dilemas morales en los personajes que atravesarán la historia.

    ¿Qué crees que hace a una fotografía grandiosa? No es aquello que ata al periodista de guerra a sus “…recuerdos vividos de matanzas y cadáveres y enojo y dolor, por ejecutadores de muertes, por locos gatilladores…”, sino la captura de momentos cuyo significado puede permitirnos cuestionar nuestra propia humanidad.

    Keilyn Julieth Sánchez Espitia

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  27. El mundo siempre está siendo retratado, relatado, interpretado y expuesto de diversas maneras, es por eso que el arte en sus diversas manifestaciones escarban y desentrañan lo más profundo que puede haber dentro del alma y sentir del ser humano y la sociedad en la cual se desenvuelve.

    En el film de Steven Silver, "the bang bang club" se puede observar el delgado hilo que separa al ser humano como ser sensible y al ser humano como utilitarista; lo profesional empieza a delinear un sentido de las acciones del sujeto... Sin embargo, la película es sutil hasta cierto momento, deja que los personajes se desarrollen, que las escenas fluyan y se dejen llevar por las situaciones. La vida es un espectáculo y el club sólo quiere demostrarlo, las imágenes son movimiento, las capturas son momentos congelados pero historias que dicen algo.

    Cine como este nos permite hacer una reflexión acerca de aquello que puede ser paradójico para el ser humano, una encrucijada, el otro como espectáculo o como sujeto y el accionar sobre el otro que debe ser considerado, desde una perspectiva reflexiva, como un fin en sí mismo y no como un medio en relación con el yo.

    Gina Marcela Afanador Molano
    Cód: 20101160020

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  28. "The bang bang club" y "El abrazo de la serpiente" se erigen con fuerza magna dentro del cine, del cine como un manifiesto y como una crónica que se supera en contacto con el que aprecia. ¿Podría ignorarse la existencia de vidas, o mejor, mundos en los que el idioma, el paisaje, la tez de piel, las prácticas dentro de la tradición son tan diferentes, sin embargo, hechas por "hermanos"? Cada obra aquí señalada grita vida, grita "vea, usted", grita una misma verdad: diversidad, belleza, dolor...
    Por otro lado, cada película trata el papel de quien yace detrás de la cámara, las indolencias y peripecias, el esfuerzo y los mismos logros, la vivencia pura del arte de la cámara en contacto con la vida. Aquí, la reflexión propia que debe hacerse es la relación entre lo comercial, el producto del artista como mercancía o como arte, como forma de dignificar, valorar, exaltar o simplemente vislumbrar algo diferente, y así mismo, en qué se convierten el fotógrafo, el camarógrafo o el personaje tomado en la cámara (y por qué no, la misma cámara).

    En ambas obras el espectador se encuentra con un grupo enorme de sentimientos e ideas que se dan por ese conflicto cultural que como siempre se ha teñido de violencia y su fiel sangre abundante. ¿Qué ha de ser de los próximos acercamientos del hombre "civilizado" con estas culturas y poblaciones marginadas, en las las normas, ideologías y apreciaciones son tan distintas a las nuestras?
    Sebastián Gutiérrez 20141160023

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  30. Todavía hay un lugar.

    La hierba crece y hace florecer la tierra como sinónimo de fertilidad, las raíces de los árboles se aferran queriendo llegar al corazón de la tierra, tal vez para acariciarlo, tal vez para darle fuerza y que pueda soportar las marcas que deja la huella humana, esa maleza que crece en algunos pensamientos ahogando los sentimientos y arrebatando la vida. La negación de seres maravillosos que construyeron un mundo basado en relaciones de coexistencia entre la tierra y sus seres, dio paso a la imposición del pensamiento, que hasta el dio de hoy, se encierra en la imagen que ve a través del espejo sin posibilidad de reconocer otras figuras, formas y pensamientos que han interpretado el mundo desde la sensibilidad; siendo esta negación uno de los mayores alicientes de muerte, pues se mata en nombre de Dios, se destruye con todo lo que no va acorde a imagen y semejanza del Padre, se persigue, se atemoriza, se desgarra el alma, con el propósito de salir ganadores unos sobre otros, cueste lo que cueste, y entonces vale la pena preguntarnos, si Dios dijo que nos amaramos unos a otros, porque le ponemos un velo a la vida en su nombre? las culturas ancestrales utilizaron el pensamiento para interpretar la existencia y vivir acorde a esa visión de mundo, la dominación ha pensado solamente en postularse como fuerza antagónica de esta visión de mundo porque ha preferido matar y comer del muerto.

    Detener el tiempo en una imagen, asegurar que sea elemento clave para la posteridad o simplemente archivarla porque no pasa de ser un espectáculo. La guerra que se presenta entre los habitantes de un mismo pueblo no es más que el sostenimiento de una guerra ideológica que no dialoga con el pensamiento divergente. Las escenas de dolor y sangre se convierten en la mejor toma fotográfica para describir, con el solo presionar de un botón, la historia de la condición humana que se aterra en encontrar fotografías de cadáveres, pero que sigue sonriendo frente a la imagen perversa del hambre, la guerra, la codicia.
    La vida se compone de esa serie de imágenes en secuencia, solo debemos tomar un tiempo prudente para percibirlas no solo con los ojos, también con los sentimientos, donde posiblemente podremos acercarnos más a la reflexión, que trae consigo cambios que permitan llenar el álbum de fotografías con imágenes más esperanzadoras.

    Alejandra Cáceres Rincón
    20102160035

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  31. En las películas, El Abrazo de la Serpiente (2015) de Ciro Guerra y Bang Bang Club (2010) de Steven Silver, se alcanza a percibir la gran apuesta por las historias detrás de las historias como hechos testimoniales que contraponen, con gran ingenio, a las versiones que son divulgan como única verdad, esto se evidencia desde el punto de vista del invisibilizado, pues en el caso de Bang Bang Club son los africanos, víctimas de la guerra, aquellos que son transformados en objetos de exhibición al mundo occidental, y por otro lado, en El Abrazo de la Serpiente, es el pueblo indígena, que ha sido degradado, explotado, esclavizado, convertido, exterminado, quienes representan el rosto olvidado de un Amazonas que agoniza.
    De igual forma es indiscutible que en ambas películas cada director trabaja la fotografía a su manera no solo como una temática sino en la constitución de todo el filme, la fotografía tras la lente, y la expresión de cada segmento fílmico como la consecución de fotogramas cuidadosamente seleccionado para dar vida a una obra como El Abrazo de la serpiente, hacen rememora a Sebastiao Salgado y su insuperable trabajo fotográfico al tiempo que se significa la idea que “no es el fotógrafo el que hace la foto, sino la persona fotografiada”, Salgado manifiesta su vivo interés por interactuar, a través de su cámara, con la existencia del otro.
    Cabe agregar que la importancia de los dos filmes adquiere sentido en su accionar de denuncia resinificando a su vez la cultura de aquellos que han perdido la voz en un mundo capitalista y que solo son tomados en cuenta para llevar la figura del héroe norteamericano a un punto más alto.

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  32. The ban bang Club y el Abrazo de la Serpiente son dos piezas de cine que nos presentan el contexto de la guerra desde diferentes perspectivas. Por una parte, la primera, dirigida por Steven Silver y estrenada en el año 2010, nos permite visualizar los distintos planos y tomas que giran alrededor del enfrentamiento entre dos pandillas africanas. El contexto de la violencia, que rodea a 4 fotógrafos de guerras, conocidos como el ban bang club, expone el recorrido que se debe hacer para lograr la toma perfecta mediante un lenguaje visual que represente la naturaleza de la guerra, de la violencia, de la miseria, del dolor humano, de la desesperación, de los límites del ser humano y de la propia destrucción del hombre.

    La fotografía aquí se convierte en el principal aliado del reportero, llevándola hasta un punto de idolatría dentro de la cinta, todo gira alrededor de la búsqueda de esta, los ángulos y las historias contadas a través de la misma son una travesía que recorren anécdotas y realidades crudas que viven a diario. Las problemáticas, se dan cuando esta imagen trasciende el mensaje y empieza a ser vista como una alerta de denuncia, el fotógrafo queda en el centro de la crítica por su papel dentro de la situación en la que se toma la fotografía, se relega a si mismo al actor del “bang” pero la imagen es llevada a la cúspide, solo importa la misma.

    El fotógrafo es el principal participe del relato contada a través de las imágenes, él encuentra la historia pero a diferencia de un escritor, no puede intervenir en esta, todo se trata de exponer la realidad en su máxima expresión, sin censuras, sin romances, sin mitos o matices por lo mismo solo se encarga de hallar el encuadre adecuado. Sin embargo, esto no significa que el mismo no corra riesgos al tomar la foto, sus sentimientos al hacer “click” se transforma es una disputa entre el deber y la moral, el miedo y la realidad, lo que quiere hacer y lo que debe hacer, el miedo a la muerte pero también el miedo a seguir dentro de este pequeño universo de historias. En esta película todo se convierte en una bomba de tiempo, es un viaje a través de la guerra, un book de desgarradores realatos, una cortina detrás de lo que significa conseguir una real fotografía, un juego de roles donde un día eres el héroe del Pulitzer y al otro un verdugo que solo concebí por sí mismo, un espectáculo visto tras bambalinas y un rumbo que a veces se pierde entre el morbo del espectador.

    “Toda la gente que dice que nuestro trabajo es sentarnos y ver cómo la gente muere”

    Por otro lado, el Abrazo de la Serpiente es una película dirigida por Ciro Guerra y estrenada en el año 2015, que narra la relación entre el indígena Karamakate y dos etnógrafos que buscan en el Amazonas plantas medicinales. En este recorrido se recuperan diferentes lugares del Amazonas colombiano, de la selva, las tradiciones indígenas, los rituales y la vida de la madre naturaleza desde sus adentros.

    Esta cinta nos permite ver la cultura colombiana desde otra perspectiva, en medio de la guerra que enfrentaba el hombre indígena contra la cultura blanca, la colonización, el hombre blanco y del hombre “civilizado”, la construcción que tenemos ahora de sociedad es visualizada en esta obra maestra que resignifica el poder y la tradición de la cultura indígena. La transformación de esta cosmovisión espiritual es presentada bajo un panorama lleno de guerra, de violencia, de religión, de usurpación de la tierra y costumbres; permitiéndonos re significar nuestros lazos culturales y nuestro sentido de pertenencia que debemos tener con la cultura indígena de nuestro país, en una reconstrucción de nuestra memoria histórica.

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  34. “Todo se trata de leer el momento” (The Bang Bang Club)
    Las dos películas, “el abrazo de la serpiente” del director Ciro Guerra y “The bang bang club” de Stiven Silver, rescatan elementos como el aislamiento: la etapa inicial de Kevin Carter trabajando como fotógrafo independiente y Karakmakaute internado en las entrañas de la selva; la amistad que nace: entre el chamán, los científicos y Karakmakaute; y entre Kevin y el club de fotografía; el encuentro de mundos excluyentes entre si, de intrusos: los seguidores del Congreso Nacional Africano de Mandela y los Zulúes separatistas de Inkatha con el periodismo depredador del “blanco”, y “la cultura blanca” y la comunidad ancestral de nuestro país. Ambas enmarcan desde una perspectiva crítica el cómo se han abordado los territorios ancestrales a nivel local y global.
    El indio y el nativo, son ambos conocedores de sus tierras, de su naturaleza, del porqué de sus luchas y su dolor, de sus rituales, las danzas, las tradiciones previas al combate, las cosmovisiones, todo parte del paradigma social que abarcan las regiones. Los paisajes naturales, el Amazonas y sus encantos naturales, Sudáfrica y el reto de sus climas y contextos; todos son invadidos y violentados por el ajeno, el que cosifica lo “otro” sin explorarlos a fondo en ambos casos.
    El dolor se puede manifestar a través de imágenes que comunican miles de palabras y sentimientos, a través de la forma como se pelean premios para ver cuál conmueve más, cuál cuenta toda la versión de la historia sin reconocer que su accionar se media por lujos y dinero, no tanto por conciencia social.
    Ambas me incitan a la reflexión sobre cuál es la manera en la que hemos entendido las culturas ajenas a la nuestra sabiendo que tendemos a inmiscuirnos en la cosmivisión del otro de manera prejuiciosa y con el ego inflado; a ser el blanco que se cree infalible en medio de las guerras y conflictos, que cree que nada ni nadie lo toca, que saca provecho económico del dolor del otro racializado, que no interpreta las experiencias como enriquecedoras a no ser que medie el dinero. El cine se convierte en la apuesta del arte que nos acerca a una versión crítica de los hechos, el que nos permite interpretarnos a nosotros mismos y nuestras afecciones para poder, en medio de las diferencias, visibilizar la voz de otro.
    Adriana Sastoque
    cód: 20102160047

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  35. El abrazo de la serpiente 2015, Ciro Guerra
    La puesta en escena de “El abrazo de la serpiente” es muy innovadora y arriesgada, ya que es una de las pocas películas que se han filmado en el hermoso territorio del Amazonas, y juega con el pasado y el futuro siguiendo un hilo discursivo no lineal, que nos obliga como espectadores a estar atentos a cualquier cambio. Me atrevería a decir que el rio es uno de los símbolos más importantes dentro de la película, ya que puede significar el nexo de las historias de Theodor y Richards con Karamakate, así como el juego de las palabras entre el título y el rio; Y por último el rio como fiel testigo de los estragos de los colonizadores.
    La película nos permite percibir el choque entre dos culturas, La del etnólogo y el botánico que busca una planta misteriosa que le ayude a curar una enfermedad y un chamán que es el último sobreviviente de una tribu de la amazonia y será su guía terrenal y espiritual en una travesía entre plantaciones de caucho, resguardos, misiones católicas y paisajes inhóspitos donde las tradiciones ancestrales aún resisten los ataques de la cultura invasora. Las dos realidades vistas desde la pantalla, la del científico de ciudad y el chamán de la tribu que le compartirá uno de los secretos para curar sus males: “Aprender a soñar”.

    The bang bang club es una película de 2010, basada en hechos que se desembocaron entre 1990 y 1994 en Sur África. La realidad social a la que se enfrenta el grupo de cuatro fotógrafos es violenta e irracional, los clanes proceden segados por la búsqueda de la supervivencia, se pierde el concepto de equidad y justicia, tan prevaleciente y defendido por los hombres blancos. Es claro que hay un conflicto racial, se sigue persiguiendo el concepto de raza superior, los sujetos de piel negra son relacionados a lo más primitivo del ser humano, tanto en raciocinio como en actos, dado que la crueldad de la guerra en la que se enfrentan sacrifica con gozo y sin temor alguno a aquellos que son enemigos. Los fotógrafos son sujetos participes del conflicto, como aquellos ojos que todo lo ven, aquellos ojos que buscan captar la extraña realidad vivida entre las bestias. En la película se toman a los hombres del bang bang club primero como héroes, luego como cobardes y finalmente como víctimas. Está el aspecto del héroe que escucha y busca la justicia, metiéndose en la boca del conflicto sacrificando su propia vida, para mostrar como ellos mismos dicen las versiones de la historia. El fotógrafo cobarde, que vive a través de la cámara, aprovechando cualquier espectáculo ante sus ojos para capturarlos, sin intervenir en el conflicto, sin hacer nada que pueda cambiar lo que se presente frente a él. Finalmente son tomados como víctimas, atormentados por toda la crueldad que ha sido observada, por el riesgo de la toma perfecta que llegue a ser historia ante el mundo, perdiendo sus almas, sus cuerpos y vidas en el camino.

    David Prieto
    *20131160014*

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  36. El abrazo de la serpiente muestra esa búsqueda de lo natural y lo primitivo, siendo una pieza artística que nos lleva a interrogarnos sobre que tanto conocemos nosotros de la cultura que habita o habito en la Amazonia Colombiana.
    El director juega con la descripción de registros anecdóticos de dos diferentes exploradores: (Theodor y Richard) que recorrieron idénticos caminos con 20 años de diferencia, cada uno acompañado por Karamakate, en busca de una planta curativa milenaria cuya efectividad depende de la conexión espiritual con la naturaleza y los temas ancestrales. El pasado y el futuro se perciben y se entrelazan gracias a la astucia de la cámara y el sensacional aprovechamiento del espacio. El propio entorno se encarga de mostrarnos su estado cada vez más demacrado y explotado por el paso de la evolución y la contaminación social en un territorio profanado.
    Karamake es un claro ejemplo de las civilizaciones que fueron obligadas y masacradas por los colonizadores al no acceder de buena gana a modificar sus costumbres y acatar sus leyes de convivencia, que pueden ser encerradas en un término preciso: Esclavitud.
    En the bang bang club observamos el conflicto desarrollado en Sur África a inicios de los años 90, a través de los ojos de los fotógrafos. En este mundo solo somos espectadores, esperamos por ver que hay más allá de lo que conocemos y nos complacemos que la guerra no nos toque a nosotros, comparado hoy en día con el conflicto armado en Colombia, que no conocemos sino en las noticias.
    En aquellos días los conflictos interraciales desataban con tal furia que no importase quien fuese la víctima, el atacante eran los pueblos de piel negra. En la desesperación de la subsistencia de sus propios pueblos, volvieron enemigos a los de su raza, y a todo aquel mundo que los hacia hacer violentos; con las manos manchadas de sangre, la conducta moral solo era estimada en los hombres de raza blanca. Los fotógrafos, en la búsqueda de captar la verdad dejaban todo pudor alguno, permitiéndose ser hombres de corazón duro. No importa que, no podían intervenir en el conflicto que se presenciaba ante ellos, no podían hacer nada más que tomar lo presenciaban y ante una imagen, se lo presentaban al mundo. Entonces el mundo olvidó que eran humanos, y tras las imágenes se reveló la fascinación y el desprecio por la profesión que ejercían, sacrificando sus vidas fueron juzgados moralmente ante su conducta de cómplices, ¿Qué hay detrás de la imagen? ¿Qué hay después?, ¿los salvó?. Entonces vivieron no solo imágenes, vivieron entre una película en que fueron jueces, victimas y sacrificios, donde la muerte era el día a día, y el recuerdo se desvanecía ante los que detrás de la cámara vivían.
    Jeimy Clarena Herrera Lozano
    20131160011

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  37. The bang bang club, y El abrazo de la serpiente: realidades que superan la ficción.
    El abrazo de la serpiente es una bella película que atrapa y transporta al espectador hacia el pasado, y que nos hace recordar nuestra historia, alejándonos del bullicio en el que normalmente nos encontramos. Aquí se muestran los niños indígenas manejados en el primer viaje por un irascible sacerdote capuchino español y en el segundo por un brasileño que se autoproclama Mesías.
    Debido a sus paisajes, El abrazo de la serpiente nos hace admirar la naturaleza, observando tanto tierra como agua en una mezcla de historia, se puede ver allí la explotación de la tierra y de las personas que viven ahí. La selva es uno de los protagonistas de esta historia.
    Por otro lado, The bang bang club nos muestra la época de guerra del apartheid, vivida por un grupo de fotógrafos, en Sudáfrica, quienes están encargados de distribuir la información por medio de imágenes y estar al tanto de todo lo que suceda en cada enfrentamiento. Allí se ve reflejada la función del fotógrafo, hasta qué punto debe intervenir, y la cantidad de descargas emocionales que sufren debido a su trabajo y a los escenarios en que se desenvuelven. Es una película llena de historia, realidad y drama.
    20132160043

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  38. El viaje, los viajes, el ser humano siempre está en constante movimiento, ya sea físico o espiritual, en más de un sentido estos viajes suceden en un mismo tiempo permitiendo que la existencia se desarrolle, desarrollo que se da ya sea por el detonante de la muerte o la vida misma que se revela ante nuestros ojos, y que se da en la medida en que dispongamos nuestros sentidos a nuevas formas de sentir la vida. Formas que quizá han estado siempre frente a nosotros, pero más allá del simple vistazo que se da con la mirada colonizada y colonizadora, siempre llenos de prejuicios, ante los demás y concibiéndonos a nosotros como salvadores de la tierra, débiles y frágiles, desconocemos otras voces, desconocemos otras historias que de alguna manera ya hemos oído a medias.
    El abrazo de la serpiente se desarrolla entre la fluidez del rio y el frenesí de la tierra, y dejándonos ver que la selva, con su magia entre brillante y tenebrosa, conduce a manías bien particulares. Ya sea la que se desprende de la consideración de sus posibilidades económicas (explotación de la tierra o de las comunidades que allí habitan) o de un cierto misticismo que escapa a las concepciones de orden que una ciudad dice, encontrando entre el aparente caos un orden distinto que solo halla sentido en sí misma. Con gentileza, talento y a un ritmo sereno, esta película hila su propio encantamiento, abriendo la brecha a nuestros ojos despistados para sentir y acercarnos en la medida de lo posible a la espiralada, frenética y serena selva que solo hemos considerado desde una postura romántica y arbitraria, invitándonos a un viaje posible al corazón de la selva guiados por su propia voz.

    Ángel Jonatán Mora Ramírez
    20112160124

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  39. Ver imágenes que recorren al misticismo de la memoria en el tiempo, nos hace preguntarnos qué somos, si el río por el cual transita la vida esta aún en curso, parece que la idea del progreso deterioro la imagen de nuestro pasado.
    El film que evoca la grandeza de nuestro pasado inspira al hombre a reconocer en su entorno el error del común, el que construye la idea de lo normal, el hombre como parte del mundo es un engranaje de la naturaleza, es ella quien condiciona su ser, dando así un sentido a todo su actuar, el amazonas representa la parte olvidada y destruida del continente hace ya mas de 500 años, prevalece agonizante intentando no ser destruida por el hombre "correcto" o la normalidad de lo es ahora lo común, demuestra en sus ríos, su vegetación todo su ser la más grande sabiduría, que comparte con algunos.
    Las imágenes son muestra de su existencia, reconstruyen la memoria de algunos, reafirman la conciencia de su existencia y procuran su cuidado.
    Puedo decir que este film es un recorrido a la memoria que pelea por no morir, esa necesidad de mostrar su existencia en la época, lo que es para el mundo, mas allá de un producto de la economía, su necesidad de vivir.
    No alejado esta el fiml de Silver mostrando aquello que nos obliga a pensar, a insistir en que no todo esta bien, el producto de las imágenes que muestran lo que unos no quieren ver, en ese caso es la guerra la muerte, cada una de ellas, es un compromiso por decir y hablar desde el tiempo.

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  40. Para iniciar es importante rescatar el papel social de puestas en escena, en el cine y la fotografía, en donde no es solo es cuestión de estética, por el contrario, el arte como medio crítico de plasmar. Las dos películas nos brindan la posibilidad de generar la conexión con un retrato de humanidad.
    En la primera “The Bang Bang Club” nos sitúa en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, mostrando a Kevin Carter, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y Joao Silva, fotógrafos que están en medio de este conflicto. En primer lugar se puede destacar sus personajes, llevan la carga de la guerra que vive y sus conflictos personales, un ejemplo la droga, vivir momentos impactantes en medio del conflicto, vivir el riesgo, como lo muestra en sus primeras tomas Marinovich al querer contar la historia desde los opositores. La película deja de lado, ese retrato moderno de la imagen del fisgón, y nos muestra la labor de la fotografía como testigo, en su trama muestra momentos crudos y muy difíciles de asumir, sin dejarse contagiar. Aunque, es importante resaltar que en este conflicto los personajes no podían intervenir como agentes activos. Esta pieza, desde su imagen nos ayuda a plantearnos el papel de elementos, como la fotografía, en medio del caos humano, al ver la imagen se puede ver que es una parte del fotógrafo, ya que conoce y quiere transmitir su realidad; y llega a cumplir su propósito, que veamos las imágenes y nos cuestionemos, pensemos, y tomemos conciencia.
    En “El abrazo de la serpiente” este director nos invita a ser espectadores atentos, ya que el relato muestra un mismo espacio, ubicado en diferentes tiempos. La manera de narrar llega a generar la conexión con la imagen. En relieve esta Karamakate, el cual nos hace pensar en nuestro ser como indígenas, como conexión espiritual con la tierra, olvidamos nuestro pedazo de historia no como primitivos, al contrario seres racionales que realmente viven con la naturaleza. La búsqueda por la planta medicinal, es el perfecto pretexto para mostrar las consecuencias del capitalismo, en donde somos seres egoístas, capaces de arrasar lo que no vaya con nuestros ideales. Además, resalto el lenguaje espiritual que se presenta, evocación de memoria, sabiduría de vida olvidada en estos tiempos, y que es importante reconocer en la Escuela Actual.
    BRENDA KATHERINE LOPEZ (20112160136)

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  41. El manejo del cine y la fotografía a disposición de una visión social, puestas en escena para dar una visión crítica de la sociedad y mostrar así en estas dos películas una relación de la visión que se tiene de la humanidad.
    En el abrazo de la serpiente el director nos quiere mostrar el sentido de diversos ideales, a través del mundo indígena y sus diferentes costumbres olvidadas por el ´´tiempo´´ y el mundo actual. Olvidamos nuestra historia, la conexión espiritual con la tierra la ´´razón´´ consumió el ultimo rastro de convivencia en paz con la naturaleza y esto es reflejado en una crítica a la sociedad actual y a sus políticas económicas ya que parece más despiadado y ridículo el hombre actual que el ´primitivo´´ (capitalismo) el mundo contemporáneo encierra en sí el monstruo más salvaje de la humanidad ya que no tiene un respeto por sí mismo, el otro y el mundo. La HISTORIA SE MANEJA EN UN Mismo espacio vivificado en diferentes tiempos, con el fin de ubicar dichos cambios y mostrar la enfermedad del hombre a través de los tiempos para así también llegar a buscar su cura en le medicina natural.
    ´´THE BANG BANG CLUB´´ es la historia de la lucha del apartheid en Sudafrica, en la cual encontraremos el papel fundamental del fotógrafo que será representado por los personajes Joao Silva Kevin Carter y ken Oosterbroek, ellos mostraron el papel fundamental del fotógrafo en una labor de entrega total, debido al profesionalismo aplicado en la fotografía, deciden asumir la fotografía como un medio reflexivo y crítico para conocer las verdaderas posiciones del conflicto y así mostrarlo, no por el simple hecho del fisgon, sino para dar la verdad. Lo mostrado en las fotografías, el riesgo de la vida jugara un factor importante en la película ya que se muestra el conflicto como testigo fiel del acontecimiento, el cual sufre desde distintos campos así como lo intento mostrar marinovich en sus fotografías, toda esta labor ira de mano también de los diversos problemas que tiene un fotógrafo, una persona común y corriente que sufre y también tiene conflictos como todos… sumándole esta guerra y el cargo de mostrar la verdad al mundo.

    Ángel David Aguirre

    20112160117

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  43. Las películas The Bang Bang Club” -del director Steven Silver- y “El abrazo de la serpiente” -del director Ciro Guerra- establecen su punto de encuentro dentro de la inmersión de un hombre de la civilización a una cultura específica. En el caso de "The Bang Bang Club", este grupo de fotógrafos, reporteros de guerra, entran a jugar un papel importante dentro de la guerra secreta entre el gobierno del apartheid y los aliados de Nelson Mandela, en cuento a "El abrazo de la serpiente", se encuentra el explorador quien se acerca a la cultura indígena y encuentra en ella todo el poder y riqueza ancestral.

    Otros elementos que podemos ver dentro de estas dos piezas por separado son: dentro de "The Bang Bang Club", el papel del fotógrafo dentro de la guerra visto desde dos perspectivas. En la primera de ellas, si bien se expone a aquellas condiciones, su papel es primordial, pues se aleja del amarillismo y se acerca a retratar la realidad al dar a conocer al mundo a través de aquellas imágenes devastadoras las terribles consecuencias de la guerra. Como lo dice Kelvin C. En la entrevista "lo que hace grande a una fotografía es que consiga hacer pensar"; en cuanto a la segunda, podemos ver como la situación ataca directamente la ética, que podemos corroborar en la escena de la fotografía del buitre merodeando a la niña y toda la discusión que se generó en torno a ella.

    Por otra parte, en la película "El abrazo de la serpiente" por medio de esos maravillosos y deslumbrantes paisajes, encontramos personajes que nos acercan a otro espacio, fomentando una conciencia sobre el conocimiento de las comunidades indígenas y de la geografía de nuestro país: con Manduca hallamos ese mediador entre dos mundos. Y es Karamakate quien nos muestra el valor que tienen las culturas ancestrales, todo su conocimiento del mundo natural y espiritual que merece trascender. Por ende, debemos prestar más atención a las narraciones de estas magnificas comunidades que a la información desde un único enfoque que nos brindan los relatos de los exploradores.

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  44. Bang bang club aparte de mostrar como un fotógrafo se limita a los reconocimientos por su trabajo y el poco interés que demuestra al contexto extraño donde desarrolla su labor; nos muestra al igual que el abrazo de la serpiente que el extraño, que llega a un contexto diferente es un poco indiferente de las situaciones que se vivencian en dicho lugar; pero se evidencia que poco a poco ese contexto desgarrador en el caso de bang bang club se vuelve propio del protagonista que llega como un extraño y se convierte en un afectado por la realidad que ve; su objetivo sigue siendo el mismo pero ya no es indiferente a las situaciones de dichos lugares; eso demuestra que los ciudadanos tienden a ser mutables en un sentido de pertenecía o en una adaptación al lugar que habita. En el caso del fotógrafo Greg que logra la imagen del hombre que es incinerado nos muestra una realidad que no es ajena a nuestro actual contexto y permite que aquel que visualiza estas imágenes las interprete y sienta las sensaciones y sufrimientos de una cruenta guerra civil.

    Carlos Alberto Rodríguez Gómez
    Cod: 20121160157

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  45. Las películas "El abrazo de la serpiente" y "the bang bang club" se constituyen como grandes propuestas cinematográficas en lo que respecta al papel que ejerce la fotografía y la imagen como grandes relatos, relatos que contarán o mostrarán una realidad desconocida a partir de un manejo grandioso del color, la profundidad y los matices, pero que a su vez dejan ver la triste y desgarradora realidad de lo que implica tomar una fotografía.

    Este último elemento lo podemos evidenciar en una película como "The bang bang club". Una historia que revela el proceso de creación de las mejores fotografías tomadas en el marco del conflicto bélico en Sudáfrica entre los "Inkatha" y el "Congreso Nacional Africano", que fueron reconocidas con el premio "Pullitzer". En esta película, podemos ver toda una reflexión que se hace con respecto al papel de la fotografía y del fotógrafo al momento de tomar una fotografía, pero a su vez, de todo el contexto que implica su creación. Así, nos encontramos con una propuesta reflexiva donde el fotógrafo, a manera de lo que plantea Gerard Wacjman en "el ojo absoluto", se constituye como aquel ojo que quiere y desear captar y detallar cada instante, esperando el momento preciso para la fotografía perfecta, pero que, en medio de esa composición, en medio de ese encuadre, enfoque y espera convenientes y pertinentes para la fotografía, se concibe a los seres humanos como simples objetos a ser fotografiados; unos seres cuyos sentimientos de dolor, angustia, agonía y desesperación no serán tenidos en cuenta por estos fotógrafos, aunque paradójicamente estos sentimientos son necesarios para mostarle a la comunidad, a los medios, como motivantes y elementos que constituirán esa fotografía perfecta, esa que deberá ser reconocida. De esta manera, vemos toda una reflexión sobre ese papel antiético y antimoral de la fotografía - en este caso la fotografía de guerra - que por un lado narra o pretende mostrar una realidad acontecida, pero que por otro lado oculta aspectos mayormente importantes en su accionar de captar, fotografiar, sobrevivir, publicar y posteriormente celebrar.

    Ahora bien, si con esta película podemos contemplar este aspecto reflexivo y negativo, una pelicula como " El abrazo de las serpiente" nos refleja todo lo contrario: En ella podemos ver la gran majestuosidad de las imágenes y el papel que tendrá la fotografía como forma de narrar y mostrar las realidades, desde un manejo excepcional del color, los diversos matices, la profundidad y sobre todo de las grandes panorámicas de los paisajes que permiten contemplar toda la belleza y majestuosidad de las selvas colombianas. De este modo, el papel de la fotografía y el cine serán cruciales para mostrar una realidad desconocida por muchos como nosotros "citadinos blancos", acostumbrados a la selva de cemento y que tenemos o bien una visión falsa de las comunidades pertenecientes a la amazonia, o bien una visión nula. Así, nos encontramos con un gran papel de la fotografía que nos recuerda las grandes creaciones pictóricas de un gran fotógrafo como Sebastian Salgado en su recorrido por Latinoamérica, o inclusive, aquella novela colombiana que también nos relata el estilo de vida de las selvas colombianas: "La Vorágine" de José Eustasio Rivera

    Carlos Andrés Pinzón Ordoñez
    20101160007

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  46. Iniciaré con la película de El abrazo de la serpiente, un trabajo con implicaciones de relevancia: para el discurso de la intersubjetividad, como para el cine colombiano.

    A pesar de esta importancia, hay varios elementos que no me agradan. La película en ocasiones se torna en cliché, es común encontrarse en ocasiones, diálogos en sentido expositivo (hola, soy un indio, mensaje claro para el espectador, y el actor claro es un hombre blanco; hola, hombre blanco, hola indio. El blanco obviamente busca: estoy buscando una planta mágica, por favor ayúdame, bueno, te ayudo, pero antes advierto que nosotros los indios somos buenos y el caucho nos ha traído el infierno, y los curas los azotes. Así el espectador concluye; por tanto que el hombre blanco es malo, etc.). En ocasiones, se puede pensar una relación constante a Herzog, quizás a Fitzcarraldo o a Aguirre, no obstante, son claros los cambios, donde en Herzog veiamos simples decoraciones de selvas con "índios" frente a un trabajo fotográfico impresionante y actuaciones claves en la película de Ciro Guerra. A pesar de lo anterior, se encuentran momentos claves. Cuando Karamakate menciona jibie (en lengua minika) mantiene referencialidad en el mismo sentido que Theo al mencionar Kompass (brújula, en alemán). Es maravilloso encontrarse con esa relación entre pensamientos y lenguajes distintos, formas distintas de producir y transmitir el conocimiento. Karamakate, el joven (otro elemento que quizás no me encaja el cuerpo gimnástico del indígena joven), le aclara a Theo en su lengua que el conocimiento es para todos, tanto el suyo como el de los alemanes. Con esto y todo es una belleza. Una película realmente iluminada. Y no solo por la cinematografía genial, deslumbrante, sino por el espíritu.

    En el encuentro de Theo con Karamakate y los "otros", se encuentran elementos cercanos a la película The bang bang club, la narración de la lucha del apartheid en Sudafrica, donde encontraremos el papel central del fotógrafo en guerra. Representado por personajes como Joao Silva Kevin Carter y ken Oosterbroek, donde se muestra el papel fundamental del fotógrafo, quien es ajeno al nativo sudafricano, pero que debe comunicarse con imagenes de guerra con èl.

    Julián Ramírez
    Cód. 20101160049

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    1. Julián, no sé en qué parte de la película de Ciro Guerra tiene lugar la escena que usted comenta, lo de "hola, soy…" Creo que usted puede estar hablando de una película distinta. Sin casarme del todo con algunas apuestas del guión creo que no hay en esta película esos clichés ni esas obviedades que usted menciona. Alexis

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  47. The bangbang club muestra la vida de unos fotógarfos de guerra que cubrieron incidentes que acompañaron al movimiento de liberación de Nelson Mandela, ubicándonos con la violencia racial del momento en Africa, la estigmatización por una cultura diferente a la occidental. La película se desarrolla en la vida de tres fotógrafos que tiene un grupo de prensa y un reconocimiento mundial por el mismo hecho de mostrar la negligencia y discriminación de razas. Estos fotógrafos están en varias contradicciones morales entre su profesión y las evidencias que dejan sus fotografías de la barbarie en Surafrica, pues se preocupan más por tener una buena fotografía, perdiendo su sentido humano y de ayuda frente a las víctimas del conflicto.
    El abrazo de la serpiente nos muestra las aventuras vividas por dos científicas que llegan al Amazonas en busca de una planta medicinal para curar una enfermedad, pero van en busca de una verdad hallada en la naturaleza ancestral, en una cultura sabia encontrada en las selvas amazónicas. Se llega a la reflexión de conocer, cuidar, querer y reconocer al otro sin importar los diferentes rasgos físicos, culturales o sociales, se hace una reflexión a apreciar el valor hacia las culturas indígenas colombianas.

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  48. Las nuevas perspectivas audiovisuales, y más precisamente, aquellas en las que la cámara se hace un punto de referencia en donde el ojo humano y la ficción, se funden para dar un matiz nuevo a la hondura de implicaciones tanto subjetivas e intersubjetivas como existenciales y de impacto real, es menester adentrarnos, de manera introductoria, por lo menos ahora, en ciertas narrativas que permitan centrar, con mayor relevancia, tal aproximación. En tal caso, hablaremos de dos producciones en las que el rol de la cámara y las líneas discursivas que allí se manejan, tranzan un serie de intervenciones en las que el poder la imagen de la fotografía -o en su defecto, el de la imagen en movimiento-, toman vida o dan un sentido que devela.

    Dicho así, aparece en escena "the bang bang club", obra importante del canadiense Steven Silver basada en el libro homónimo de dos fotoperiodistas famosos, Greg Marinovich y Joao Silva. Este film, se adentra en aquel espectro al que Baudrillard llamará la hiperrealidad, es decir, la insistencia de no saber cual es el límite entre la realidad y la fantasía -caso tal la guerra del Golfo Pérsico, guerra cuyo único referente inmediato, es que ha sido la única televisada en la que "el guión" era puesto por los actores involucrados, y así, los noticiarios solo revelaban el asunto "cortina" de momento-, pero por qué se dice ello, quizás no sea tan notorio, pero la salida que se ofrece para ver como se da el puente entre tal concepto y la obra del canadiense, es el rol del reportero de guerra, pues es él, y solamente él, es quien rasga el límite para decir que aspectos son definitorios para decir porque hay algo más real que lo real puesto en un anuncio de prensa, de tal modo, que pueda decir que la realidad está más cerca y que supera la ficción. No obstante,y para dar mayor sustancia, dicha apreciación queda de manifiesto, cuando las bifurcaciones entre las necesidades personales y los intereses grupales o globales, son puntos detonantes, pues al sumergirnos en la trama, encontramos que el factor de la aceptación, dada la importancia de la exclusividad en el reportaje, es un anclaje fundamental para insistir en la unión de la guerra, de allí que los editores, como el caso de la agencia de prensa que maneja el grupo de fotógrafos que comienzan con el cubrimiento en las "narices de la fiera" en pleno apartheid, tenga la incidencia de qué elementos son importantes para mostrar para dejar intacto el ápice de ficción que desean mostrar, pero ello queda sobrepasado cuando, por obvias razones, todos lo hechos quedan expuestas a la luz pública, luego de aquel incidente en que la vida sea el precio a pagar para sostener que hay algo más que mostrar.

    Ya en segundo lugar, y no menos importante, hace su entrada la obra cúspide de Ciro Guerra, EL ABRAZO DE LA SERPIENTE, digno ejemplo en el que la cinematografía hace una oda a la imagen, en especial, a aquella en la que la memoria viva se hace una puesta estética de alucinación poética. Karamakate, bastión viviente y último vestigio de su tribu, sirve de significación metafórica entre la cuestión de la barbarie y la civilización, pues al denotar como ha sobrevivido, inmerso en la selva, sin contacto con la locomotora de la modernidad industrial, nos ofrece un punto de fuga en el que la tradición encuentra mella, es decir, en el se encarnan las exigencias históricas frente al crimen del hombre blanco. De ello, que el poco uso de elementos verbales al igual que el ocultamiento de significaciones por parte del preciado nativo hacia los dos científicos, sea un elemento de una fuerte carga semántico, en el sentido de una semiología antropológica, pues es evidente que allí se evidencia como la resistencia de un hombre, que alejado de la urbe de las ciudades, aún preserva el sentido vital de la selva.


    Alexander Sanabria Suárez.
    20092160027

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  49. El séptimo arte nos permite cosas más allá del entretenimiento, nos posibilita hacer un ejercicio intelectual sobre las cuestiones más profundas de la existencia del hombre, de ciertos contextos y acontecimientos grabados para la historia; es un ejercicio reflexivo y narrativo que, en términos de Ricoeur, nos permite hacer una ficcionalización de la realidad; el director haría una primera mímesis creándola, (pre-configuración) al reproducirla en los diferentes espacios como una pieza íntegra se haría la segunda mímesis (configuración). Por último al pasar por distintos ojos hace una refiguración de los hechos, siendo esta la última y tercera mímesis. Lo anterior se puede decir, ya que cada interpretación es distinta en cada espectador.

    Partiendo de lo anterior es posible decir que The bang bang club de Stiven Silver (2010) y El abrazo de la serpiente de Ciro Guerra (2015) son parte de las ficciones del mundo contemporáneo, nos muestran al hombre y sus realidades partiendo de los contextos de guerra, sus temores, inseguridades y acciones. En el film de Silver es posible preguntarse hasta qué punto el arte patrocina o es un accionar que subsiste junto a la guerra, ya que por medio de esta el fotógrafo logra obtener imágenes que le dan de comer, que le generan buena fama y mejor (o peor) aún: le da la posibilidad de obtener un Pulitzer. Lo realmente importante para ellos es obtener las imágenes: ellos solamente hacen uso del arte con base a esa guerra cruda desatada entre 1990 y 1994 en el apartheid racial en Sudáfrica. Los fotógrafos son blancos, lo cual les daba inmunidad y ellos, no eran víctimas de esa guerra. ¿Es parte de su trabajo tomar partido y generar acciones que ayuden a las comunidades donde toman las imágenes que les dan el sustento? Esta película, hace un llamado hacia el no utilitarismo de las comunidades en aras del arte, porque finalmente, cuando se hacen las primeras elecciones raciales sudafricanas en el 94, los fotógrafos afirman "estar jodidos" y tener que desplazarse en busca de trabajo, es decir, más guerra para mostrar al mundo.

    En el film de Ciro Guerra, se hace la misma reflexión ya no en torno al arte sino al uso de las comunidades indígenas como un instrumento que permite al mundo conocer a "los salvajes esos". Este es ya un utilitarismo ideológico y científico, puesto que tanto Theodore y Evans usan a Karamakate como puente para sus intereses; para llevarse un conocimiento ancestral y único de la tribu Cahuana; la Yakuruna, planta originaria de esta tribu del Perú. Los exploradores en dos tiempos distintos buscan hacerse de esta planta para intereses científicos, sin respetar las formas de concebir el mundo por los indígenas. Anulan a los indígenas en su condición humana, llena de cosmovisiones y generando una supuesta superioridad cultural con respecto a lo que ven. Karamakate desaparece con la toma de la planta en un té que le es dado a Evans, quien es abrazado por la serpiente y obtiene el conocimiento de la tribu, sus perspectivas y sus formas de ser y estar con la tierra y consigo mismo. Además, vemos realidades como la guerra y exterminio de comunidades enteras por la explotación del caucho; que también es una planta sagrada, la imposición del cristianismo como la forma de acercarse a la espiritualidad, prohibiendo las prácticas culturales de cada tribu. Este film es una invitación a conocer estos sitios de la amazonia que en nuestro caso concreto, el colombiano, son olvidados no sólo por el Estado, sino por nosotros mismos, que no poseemos un interés en conocer las raíces del origen de nuestra sangre y las formas de ver y conocer el mundo antes de la imposición y transferencia cultural de occidente.

    Ingrid Sofía Arias Cifuentes - 20121160084

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  50. El abrazo de la serpiente

    Cada sonido nuevo del río, cada acercamiento, cada piel que se ve distinta, los árboles y sus movimiento como protagonistas, el sudor, la fotografía. Como me ha envuelto esta película, trasladarse a esa tierra que vemos tan “lejana” pero que resulta más propia que cualquier otra, es poco, no se van los pensamientos, llegan, porque es el reflejo que debemos ser, aceptar y tener claro de que somos de ahí, que nos corre la misma sangre.
    Es posible sentir al otro a través del cine, de saber cuál es su aroma. No puedo hablar de un conocimiento global pues es la primera vez que veo una película de Ciro Guerra, que pagó para ir a cine y salgo absolutamente encantada, sonorizada, triste. El sonido fue la manera de trasladarse, los enfoques a los paisajes, caras, manos, pies, arrugas me hicieron identificarme y la historia a través de la soledad, me dejó marcado y me recuerda de dónde venimos, lo olvidado que tenemos esa parte del origen.

    Gracias, por que la ví, porque sigo con la nostalgia en mi y porque sin decir que hago un texto académico, puedo dar cuenta de que en mi memoria siempre vivirá cada fracción de imagen puesta en escena.

    COd, 20102160066
    Angie K Garzón Camacho

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  51. EL ANILLADO DE LA SERPIENTE ENVUELVE

    http://reflectingspheres.blogspot.com.co/2015/06/el-abrazo-de-la-serpiente-de-ciro.html

    Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
    Loco-mbiano

    Acabo de salir de la Sala No. 1 del Centenario con los ojos hundidos en las aguas en tromba del río que servía de bandeja a la delgada canoa donde iban los viajeros selva adentro. Qué fuerza tiene la selva, qué hermosa y atractiva esa espesura verde ante los ojos desorbitados.

    Imponente como una escultura a punto de hablar y desvestirse, monumental como el templo de Atenea o la Basílica Romana con toda su ornamentación. No sabe uno qué admirar más: si la inmensidad que no acaba ante la lente que entra y sigue mostrando y nunca deja de rodar imágenes de una danta que avanza y luego se lanza en el fondo del río. Parecía un potro cerrero y soberbio. Un río anónimo pero abundante todavía en medio de la inclemencia a que está sometida por colonos, militares, caucheros, aserradores y bandidos.

    La película de Ciro Guerra nos deja ver, como en un documental, las riquezas que tenemos en el Vaupés, Vichada, Amazonas. Ríos, jaguares, tapires enormes, sierpes de colmillos amenazantes, gordas y que nadan entre las olas al paso y nivel de la embarcación. Apenas si hay espacio para que el río se abra camino entre los árboles añosos y corpulentos. Nada se puede adivinar sobre lo que se encuentra a diez metros o un kilómetro. La selva lo oculta y lo guarda escondido.

    Ya lo narraba José Eustasio Rivera en La Vorágine. La selva tiene sus riquezas de aguas, minerales, frutos, flores, yerbas medicinales, fieras únicas, aves multicolores, sonidos celestiales e infernales en las oscuridades de la verdura, árboles y arbustos de especies que aún no figuran registradas en anaqueles científicos.

    De la selva también hace parte la presencia del hombre. Primero, hay que saber remar y respetar. Allí hay comunidades que habitan desde hace siglos y conviven en este hábitat de multitud de nichos. Hay indígenas que se camuflan con los colores, los olores, los sonidos y la simplicidad de la lluvia, el rugido del tigre y la pantera, los chillidos de micos, guacharacas y loros rojos y verdes. Ellos viven de los frutos, de las raíces, son amigos de los animales rastreros, de las montañas, los cerros, los ríos, las aves y las fieras. Solo cazan por necesidad y no por deporte u ocio. Adoran el sol, la luna y miran las estrellas sin que alguien les diga qué es una Osa Mayor o un lucero. A ellos debemos que la selva aún exista porque la adoran como a la madre Tierra.

    En verdad, me dejé abrazar por la serpiente que forman los ríos entre la espesura, por las montañas aún con su corteza virgen en forma de señoras altas con cachumbos verdes. Me gustó el nombre que le dio Guerra y lo entendí. No es una Colombia salvaje. Nuestra Amazonía es una serpiente vigorosa que nos abraza no es una fiera salvaje que nos asusta y nos gruñe ni una prostituta que se compra y se ofende. A pesar de que es una cinta en blanco y negro, el espectador ve los paisajes desde el aire, casi respira mejor durante el film, siente la majestad del jaguar y la solemnidad del pitón y de la boa.

    No me gustó la vuelta al sermón de la conquista religiosa y las canciones cantadas en un mal latín y las anacrónicas referencias a escenas inquisitoriales de monjes locos brasileros y misiones pseudocatólicas. Eso ya huele a libelo, recocha y a cementerio.
    28-01-16 11:32 a.m.

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  53. Lo que existe en América y, particularmente en Colombia, siempre le ha dado protagonismo al extranjero. Ya lo vemos en San Agustín, Machu Pichu, Taiawanacu. Ha dado fama a quienes los "descubrieron" pero no ha rescatado del olvido, el ultraje y el pillaje a todo lo que es originario. Así está pasando con el "Abrazo de la Serpiente", nombre salpicado de cierta tanática, ha dado fama a quienes filmaron en estos parajes a unos hombres y mujeres dotados de cierta belleza que parecía extinta y que reaviva las ansias de nuevos exploradores en búsqueda de tesoros, no de metales preciosos, sino en productos que dan dinero y abren paso al marketing de lo étnico, pero no mejoran las condiciones de estas etnias, que aún después de doscientos años siguen denotándose como salvajes y bárbaras y, aún más, desconocidas para los mismos colombianos que los vemos votados en las calles pidiendo limosna y no nos compadecemos por su situación. Ya vemos como en la Guajira, para tomar un solo caso, estas se están muriendo de sed porque les hemos quitado el agua para utilizarla en la explotación minera, lo que oculta el gobierno, porque a los políticos les gusta hacer Showinismo para disfrazar una realidad. Realmente ¿qué le quedó a los actores? y ¿ qué a los autores?¿Cuánto le pagaron a los actores? Lástima que para apreciarnos en nuestro verdadero valor tengamos que ser avalados por Holliwood. Lástima que para conocernos tengan que suceder todas estas cosas , porque vamos a vernos en producción de este tipo impulsados por una estrategia de marketing y no por una estrategia cultural para la identidad, porque para muchos de nosotros estos siguen siendo seres primitivos, salvajes y bárbaros que ocupan unos territorios inexplotados y hermosos, que pueden traducirse en dinero y riqueza para los nuevos explotadores, que por lo general son las grandes trasnacionales y, no para quienes desde hace mas de quincemil años los vienen habitando. Estas debían ser las producciones del Ministerio de Cultura y del Inistituto Colombiano de Antropología. He ahí una fuente de financiación para estas instituciones que tantos recursos necesitan para desarrollar su labor.

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